La policía británica investigó durante tres años la misteriosa muerte de unos 400 gatos en Londres, y acabó concluyendo que el culpable no es un macabro asesino en serie, sino depredadores, posiblemente zorros. Los restos mutilados de cientos de gatos y otros pequeños animales, como conejos, fueron hallados en el barrio de Croydon y otras zonas cercanas del sur de la capital desde 2015. Los vecinos horrorizados había acusado a un misterioso personaje, al estilo Jack el Destripador. Fue apodado el "asesino de gatos de Croydon" y se creía que disfrutaba descuartizando a los animales.