"Sabotaje", que salió ayer a la venta, transcurre en 1937, y en ella Falcó llega a París con la misión de intentar que el "Guernica" que está pintando Pablo Picasso llegue a la Exposición Universal de la capital francesa donde la República pretende conseguir apoyo internacional. Frente al edificio que albergó el estudio del pintor, en la Rue des Grands Agustins, el escritor explica cómo la novela le retrata en sus "zonas grises": "Picasso no pintó el Guernica por patriotismo, lo pintó porque le pagaron muchísimo dinero".