"La creatividad nace de la necesidad" y el Premio Nacional de Diseño de Moda está en uno de sus momentos más creativos. En su Calonge natal, en Mallorca, ha conectado con la tierra. Hace un año enterró al Miguel Adrover diseñador, pero, "así como me suicidé, puedo volver a resucitar". No cierra la puerta a nada. "No sé qué tendría que pasar para volver a las pasarelas. Que me propusieran algo para ayudar a la gente. Estoy abierto. No espero nada. Tampoco esperaba este premio y cuando parece que no pasa nada, suele pasar".

Miguel Adrover nos abre las puertas de su atelier, donde crea, pinta y viste sus maniquíes que luego trasladará al aljub -un antiguo depósito de agua- que tiene en su foravila, en su casa rústica mallorquina convertida en estudio donde crea sus bodegones y los plasma en unas preciosas fotografías. El diseñador ha encontrado en la pintura y la fotografía su nueva arma de expresión. Habla de autosuficiencia. "Acabé la escuela con 12 años. De diseño no sé nada y todo ha sido un aprendizaje. Empecé sin tener noción de nada, pero es así cómo surgen las cosas nuevas. He desarrollado muchas técnicas que no existían. Siempre busco dar un paso más", confiesa. Las artes plásticas son su nueva forma de expresarse. "Es la misma situación, pero la materia es otra, no requiere colecciones", explica para luego reconocer que "mi forma de trabajar es diferente de otros diseñadores. No me importa la moda, lo que me importa es comunicar a través de las prendas. Hace tiempo que la moda está pasada de moda para mí. Me da igual si no se ponen mi ropa, lo que quiero es que mi mensaje llegue".

En los 2000 revolucionó el mundo de la moda. Si tuviera que volver a revolucionarla, tiene claro que su propuesta sería que la moda mirara a la realidad. "Es una industria que tiene mucho poder de comunicación. Una lástima que no se utilice para cosas buenas".

Y su mensaje a través de la pintura y la fotografía ha llegado. Las reacciones a su exposición "Sa mort amb prebes torrats", presentada en abril en Santanyí, ha tenido muy buenas reacciones. Le han invitado a participar en la Bienal de Vancouver en la que participan artistas muy reconocidos. Yoko Ono será premiada. "En Canadá desarrollaré una historia compleja. Me han pedido unas instalaciones sobre las autopistas para concienciar sobre los problemas de los plásticos. Haré plataformas con los maniquíes con plásticos volando. Mis imágenes se plasmarán en vallas publicitarias y haré otra instalación con la ropa. Quieren que represente las Naciones Unidas y los países que le rodean. Durará dos años. Estoy a la espera que me llamen para ir allí a ver las localizaciones y luego regresaré para crear las instalaciones. Es mi primer paso en el mundo del arte", desgrana. Londres y Madrid también están interesadas en sus creaciones artísticas.

Y si uno le pregunta a Adrover en qué está trabajando ahora, responde que en una serie de retratos americanos. "Quiero representar a través de la pintura y la fotografía a militares, abogados, gente que tiene mucho poder". "Hago bodegones. Ahora ya estoy en otro nivel. Es una evolución artística. Cada día voy descubriendo. Tengo mucha información interior que necesito sacar", confiesa. Está aislado en su foravila y allí crea sus mundos imaginarios. "Busco la belleza todo el rato porque lo que veo fuera no me gusta y creo las imágenes que me gustan. A veces siento que tendría que haber nacido en el Renacimiento".

No ha nacido en el Renacimiento, pero la creatividad es un don innato en Miguel Adrover. Confiesa que no entiende nada de fotografía. Utiliza una camarita de 160 euros, pero los resultados son espectaculares. Nada de Photoshop. Sus fotografías parecen cuadros pintados a mano. La luz natural es su mejor aliada y eso sólo tiene un nombre: genialidad.