Los ases están en la pista, pero los auténticos reyes están en las gradas. O en los "hospitalities" y palcos privados, para ser más precisos. La Fórmula 1 siempre ha perseguido un estatus de excelencia, de distinción, que casa bien con el glamur de las casas reales, los millonarios con pedigrí y las estrellas de Hollywood. De todo eso hubo este fin de semana en Yas Marina, sede del gran premio de Abu Dabi que cerró la temporada de la principal competición del mundo del motor.

Uno de los más destacados asistentes a la carrera fue el rey emérito, don Juan Carlos, quien se dejó ver en el circuito con su hija Cristina. La presencia de la infanta -cuyo marido, Iñaki Urdangarín, cumple condena en la cárcel abulense de Brieva por fraude fiscal- se ha interpretado como un nuevo gesto cara a su reincorporación a la Familia Real, de la que se vio obligada a apartarse siete años atrás por los problemas legales de su esposo.

La celebración del 80 cumpleaños de su madre, la reina Sofía, propició el primer encuentro oficial, foto incluida, de Cristina y Felipe VI desde 2011. Ahora, el viaje a los Emiratos Árabes con su padre refrenda una reunión con sabor a reconciliación.

En el circuito, don Juan Carlos y su hija visitaron el box del piloto asturiano Fernando Alonso, y también el del otro español en liza, Carlos Sáinz Jr., coincidiendo además allí con su padre, el bicampeón del Mundo de Rallies y dos veces ganador del Dakar Carlos Sáinz.

Más controvertido fue el saludo del rey emérito con el el príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohamed bin Salman, a quien se acusa de ordenar el asesinato del periodista Jamal Khashoggi, perpetrado en la Embajada de Arabia Saudí en Estambul (Turquía) a principios de octubre. La foto del encuentro entre ambos fue difundida a las agencias de prensa por el Ministerio de Exteriores de Arabia Saudí. La presencia de Bin Salman en Yas Marina se enmarca en su viaje por diferentes países árabes previo a su participación en la cumbre del G-20 en Buenos Aires, que comienza este viernes.

Por Yas Marina también se dejó ver la princesa Charlene de Mónaco. La esposa de Alberto II es ya toda una veterana de las carreras, toda vez que en el Principado se celebra la que probablemente sea la prueba más relevante del mundo del motor, y sin duda la más prestigiosa del mundial de Fórmula 1: el Gran Premio de Mónaco. Una carrera de gran relevancia para la trayectoria de Fernando Alonso, que la ganó en dos ocasiones (2006 y 2007) y que conforma, junto a las 24 horas de Le Mans y las 500 Millas de Indianápolis, la "Triple Corona" ansiada por el asturiano, que sólo tiene pendiente de conquista la prueba norteamericana.

Pero la carrera fue también seguida in situ por un destacado miembro de una "realeza" bien distinta. El actor Will Smith acudió a Yas Marina acompañado de su hijo Trey y disfrutó de lo lindo. El astro de Hollywood incluso protagonizó, con la complicidad del pentacampeón Lewis Hamilton, uno de los momentos del fin de semana: un divertido vídeo, difundido por Smith en redes sociales, en el que el actor ata a su amigo Hamilton a una silla y se enfunda en su mono para correr por él. "Perdona Lewis, es una oportunidad única en mi vida, amigo", afirma el actor. Ante las quejas del piloto, Smith responde: "Escucha: tú eres negro, yo soy negro, nadie verá la diferencia". "Más te vale que ganes", dice Lewis. Un sketch que hizo furor en las redes sociales.

Por desgracia para los rivales del piloto británico, no fue Smith quien compitió en Abu Dabi, sino un Hamilton que sumó una nueva victoria a su brillante palmarés. Smith, eso sí, logró dos millones de reproducciones en Instagram en apenas nueve horas. A eso se le llama "win win".