"Creía que era una cicatriz", pensó la langreana Itziar Iglesias cuando Lidia Torrent, la camarera del programa televisivo de citas "First Dates", le enseñó el DNI más famoso de España, el del leonés Sergio Álvarez, el único español que ha logrado salir en la foto del carné de identidad con un palillo en la boca. Ni se fijó en el mondadientes al principio, ni le dio importancia durante ni al final de la cena. La joven asturiana rechazó tener una segunda cita con el hombre del palillo, al que, ironías de la vida, le dio la misma importancia que a un "paluego".

La historia de Sergio Álvarez es una mezcla de esperpento y episodio nacional. De siempre, tiene la manía de rumiar palillos y, como cualquiera, está sujeto al imperativo legal de llevar en regla su DNI. El detonante que une estas dos realidades fueron las palabras que más desgracias han costado a este país: "A que no hay huevos a...". Su tío y su hermano le lanzaron el reto hace un mes. Sergio les cogió el guante. Se jugó una cena, ganó y se volvió famoso. Desde que se convirtió en el primer español, seguramente también el único en intentarlo, en salir en la foto del DNI con un palillo en la boca, le paran por la calle, la gente hace cola para sacarse fotos con él y hasta genera "Fake news". Se cuenta en León que hay bares que le ofrecen dinero para ir a hacer promoción. También que en la oficina donde renuevan los carnés ahora miran con lupa las fotos.

"Es alucinante, la verdad. Todos los días me mandan como quince fotos de gente con palillos en la boca. Me echa humo el teléfono", reconoce este leonés de 25 años, al que apodan "Pana", un acortamiento de panadero, por el negocio familiar de sus padres en La Vecilla del Curueño, un pueblo de la montaña leonesa.

"Pana" e Itziar Iglesias coincidieron en Madrid, para cenar en "First Dates", en una cita que se emitió el lunes por la noche. El hechizo del palillero no fue suficiente para engatusar a la asturiana. Aunque Sergio Álvarez está acostumbrado a realizar gestas inverosímiles, el flechazo era complicado y al final imposible. Demasiadas pocas cosas en común.

Ella, una estudiante de 19 años de segundo de Bachiller en el Instituto Jerónimo González de Sama. Él, un pintor de coches de 25 años en un taller de León. Ella, tan extremadamente tímida que no se atreve a entrar en un bar sola. A él se lo rifan ahora las televisiones. Ella, aficionada a Harry Potter y a los videojuegos. Él, todo un forofo del Real Madrid, del que lleva su escudo tatuado en el pecho.

"La verdad, es que no teníamos demasiado en común, parece que nos colocaron así queriendo", afirma Itziar Iglesias tras la experiencia. Eso sí, Sergio Álvarez no tiró la toalla en ningún momento, pero embarrancó cuando quiso conquistar a Itziar por el estómago. Los dos tortolitos estaban comiendo un plato de pasta con más dificultades de las esperadas:

-Donde esté un buen cachopo... que se quite todo esto -le dijo "Pana".

-No me gusta nada... por el queso -respondió la joven.

Patinazo. "Pana", al que la suerte de topar con un funcionario despistado le aupó a la fama, se quedó sin la que podría haber sido su primera pareja estable por la mala fortuna de toparse con la única asturiana que le debe hacer ascos al cachopo, y más en público. "¡Qué se le va a hacer!, no se le puede gustar a todo el mundo", ironiza Sergio Álvarez, que mantiene su carácter bonachón a pesar de que una asturiana le diera calabazas en horario "prime time".