Asturias manda en el mundo del cachopo. Si dicen que la sidra no sabe igual al cruzar Pajares, otro tanto pasa con el producto gastronómico asturiano de moda. El III Campeonato "En busca del mejor cachopo" reunió ayer en el Salón del Gourmet de Madrid a doce finalistas, seis procedentes del Principado y otros seis, del resto de España. Tras la deliberación del jurado, los tres primeros premios fueron copados por restaurantes asturianos. El primero fue para "El Merendero de Covadonga", el segundo para "La Marimorena" y el tercero, para "Las Tablas del Campillín", estos dos últimos de Oviedo.

El cachopo ganador fue el cachopo típico, "de toda la vida", con su Ternera Asturiana (patrocinadora del evento), su queso de Tres Oscos, su jamón, su pimiento y algunas setas y espárragos para suavizarlo. Isidro Martínez, el responsable del cachopo, apuntó su receta mágica: "Tiene que ser un jamón normalín, que no le quite el sabor a la ternera, como el resto de ingredientes". Y de guarnición, las patatines, que nunca fallan. "Cualquiera de los doce pudo ganar", comentaba al recibir el premio, "aún no me lo creo". Isidro confía en que este galardón se traduzca en un incremento de clientela: "Espero que sirva para trabajar más. El año pasado ya noté ser finalista. Vienen clientes que antes no venían y repetiré el año que viene".

Si el cachopo del "Merendero de Covadonga" se puede considerar como un clásico, la apuesta de "La Marimorena" fue mucho más inusual, empezando por su color, verde verdísimo. Alberto y Vicente, los hacedores del cachopo, apostaron por "emular el territorio de la vaca, así que el rebozo está hecho con espinacas y estragón. El relleno es de dos quesos de Piloña, una seta típica de la zona y cambiamos el jamón por tocino". La guarnición era un trampantojo con varas de cierre de fincas y una guarnición de "tierra" con sabor a remolacha. Muchas técnicas para un plato habitualmente sencillo, pero los ovetenses querían demostrar "que se puede hacer un cachopo diferente. No creo que se pierda. Lo importante es tener buen material, así que habrá que volver el año que viene".

Kheira y Yolanda, de "Las tablas del Campillín", también apostaron por una variación cromática, el negro en esta ocasión, conseguido con tinta de sepia para homenajear a la minería del carbón. En el plato, una vagoneta, una bocamina con el nombre "Pozu Cachopu" y todos los aditamentos propios de una mina. Casi una falla valenciana pero hecha con jamón y quesos asturianos, además de la ternera de la tierra. "En Asturias, el cachopo es muy especial", apuntaba Kheira, argelina de origen y asturiana desde hace doce años.

Participaron en el certamen setenta restaurantes de toda España y, además de seis asturianos, llegaron a la final cocineros de Madrid, Palma de Mallorca o Granada.