El empresario y deportista Álvaro de Marichalar y Sáenz de Tejada (Pamplona, 1961) atracó ayer en el puerto deportivo de Gijón tras una etapa marítima de nueve horas a bordo de su moto acuática "Numancia", con la que planea dar la vuelta al mundo en honor del quinto centenario de la expedición de Fernando de Magallanes y Juan Sebastián Elcano en 1519. Una circunnavegación al mundo que supone uno de sus mayores desafíos y que si bien ahora le lleva por el norte de España, incluye todos los continentes. También la Antártida. "Esto también lo hago para denunciar la pesca ilegal y la contaminación de plásticos en el mar", explicó Álvaro de Marichalar, empapado, tras tocar tierra en Gijón.

El viaje se prevé intenso, duro y muy sacrificado. Viaja con lo justo: apenas una bolsa con ropa y una caja con la documentación. Eso sí, las banderas de España y Portugal. La enseña rojigualda, además, la lleva también en cada muñequera y en la espalda. La de ayer fue una ruta de nueve horas en el agua, pero lo peor está por venir. Álvaro de Marichalar seguirá hoy ruta hacia Santander, San Sebastián, Burdeos, Marsella, Mónaco, Barcelona? "La cita más importante próximamente será en Guetaria, que ahí haremos un homenaje a Elcano". Así seguirá, surcando los mares, hasta completar el Mediterráneo, momento en el que con un barco de apoyo cruzará el charco hasta Brasil. "Visitaré Uruguay y Argentina, y espero poder cruzar a la Antártida con ayuda de un barco ruso", asegura el deportista. Subirá el continente americano hasta llegar a Alaska, por donde cruzará a Rusia, el país en el que vive. De Asia, con especial mención a Filipinas, por ser allí donde pereció Magallanes, visitará países menos seguros. "Siempre temes que te secuestren, te roben o te quiten algo mientras duermes", asegura Álvaro de Marichalar. No obstante, "cuando llego a los sitios procuro hacerme amigo de los pescadores, pero hay lugares donde no hay nadie, es entonces cuando me quedo a dormir en la moto de agua, en el mar y a la deriva".

Álvaro de Marichalar, aprovechando el viaje, impartió una conferencia en el puerto deportivo de Gijón en la que narró su proyecto. Para él "la verdad del mundo es la mar; es la naturaleza más salvaje, una experiencia única en la que vivir en comunión con Dios". En año y medio, más o menos, confía en completar la vuelta al mundo, un viaje de poco equipaje, pero cargado de reivindicaciones.