Raphael salió ayer al paso del aluvión de críticas en redes sociales contra los dos “shows” celebrados el pasado fin de semana en el Wizink de Madrid por el aforo, el mayor de toda la pandemia, y aseguró que todo se hizo con una severa observancia de los protocolos sanitarios contra la covid-19.

“Hemos trabajado muy duro para ofrecer un concierto con las más estrictas medidas de seguridad, prevención y, por supuesto, cumpliendo la normativa vigente. Entre todos, hemos aportado nuestro granito de arena a la causa”, se justificó el cantante.

Los espectáculos reunieron a unas 5.000 personas cada día, lo que representa un 25% del aforo total del espacio, que es de 17.400 personas, pero eso no evitó que las redes ardieran en reproches. Tanto la Comunidad de Madrid como la plataforma por la defensa de los espectáculos Alerta Roja y la federación nacional Es_Música han respaldado las medidas tomadas.

“La crisis sanitaria está provocando meses más que difíciles para todos, incluido el sector cultural; por ello, en la medida de lo posible, quise comprometerme para recuperar la música en directo”, justifica el veterano músico, que celebraba de este modo sus 60 años en la música.