La central térmica del Narcea, situada en Soto de la Barca (Tineo), opuso ayer resistencia al primer intento de su demolición con explosivos. Estaba previsto ver caer dos de sus chimeneas y dos silos; sin embargo, tras la detonación solo se vinieron abajo los almacenes destinados al depósito de cenizas y escoria. Según apuntaron fuentes cercanas a Naturgy, no se esperaba que las estructuras fueran tan robustas como para soportar la carga explosiva utilizada.

Ver caer las chimeneas de los grupos I y II de la central térmica del Narcea había despertado expectación entre los vecinos de la zona, muchos de ellos vinculados emocionalmente a esa instalación por ser o haber sido su lugar de trabajo durante años o el de sus familiares. De este modo, a partir de la una de la tarde, a los alrededores de la central iban llegando curiosos con la intención de presenciar el derrumbe del gigante térmico. Y coincidían en repetir que el de ayer era “un día triste” para el concejo de Tineo y toda la comarca suroccidental.