Pasadas las diez de la noche comenzó la fiesta en Overo, la de los peques. La grande giró en torno a la reconstrucción –y quema– del Madreñogiro de Pinín, que de Pinón ye sobrín. Las llamas crepitaron como los "suaños" que rememoraba. Un rato después, "Felpeyu" lo dio todo para alargar la noche corta del año. La Banda de Gaitas de Corvera, entre medias de la foguerina y la foguera, recorrió el prao de la fiesta. Antes del encendido del artilugio de Alberto Colino, La Caracola presentó un sortilegio en forma de danza.