Opinión

Una Villaviciosa imparable

No tengo ninguna duda. Casi sin darme cuenta me puse a escribir algunas cosas cuando tenía veinte años y ahora, “a la vejez, viruelas”, descubro que esto de ‘escribir’ me gusta y apasiona cada día más. Por ello al llegar cada ‘finde’, me siento más animado, de mejor humor y no porque me llegue el merecido descanso tras cinco días de trabajo.

A estas alturas de la vida y aunque no me lo crea, ya estoy jubilado lo cual no significa estar quieto o parado. Digamos que me siento feliz sentándome frente al ordenador dando rienda suelta a la imaginación moviendo mis dedos por el teclado. Hoy empezaré haciendo un inciso que puede parecerles publicitario, pero que, bajo ningún concepto, pretendo que lo sea. Es por explicarles como empezó todo. 

Recuerdo que desarrollé mi primer intento de libro en los albores de aquel año 1975 en el que se iban a producir en España hechos que quedarían para siempre en la historia de nuestro país y que recordamos todos cuantos lo vivimos. Yo residía en Madrid, en la famosa Costa Fleming ubicada entre la Plaza de Castilla y el estadio Bernabéu.

Vivía en una manzana que conocíamos como “El Bloque” que se había empezado a construir en los años 50, cuando los marines americanos de la base de Torrejón de Ardoz se establecieron en el hoy desaparecido edificio que dio nombre a todo el barrio: “Corea”. Tras los Pactos de Madrid en 1953, Estados Unidos construyó una nueva pista además de mejorar y ampliar diversas instalaciones de la base aérea que sería utilizada por su ejército (USAF), hasta el año 1992.

No sé si sería por influencia de los ‘yankees’ pero lo cierto es que en Félix Boíx, la calle paralela a la mía de Carlos Maurrás, teníamos una imprenta avanzada a su tiempo que se encargaría de editarme y encuadernar mi primera obra -un pequeño libro de poesía- titulado “Aquella mujer que encontré en la playa” en el que reflejaba todo el amor que sentía por Isabel que terminaría siendo mi esposa y madre de mis dos hijas mayores, Nerea y Laura.

Más tarde surgió el encargo de una editorial que me llevó a escribir mis primeras letras para temas musicales y en 1978 se publicó “Ven escucha mi voz” un disco LP que contenía diez temas con música y letra mías.

Al regresar a Asturias en 1983 tuve que escribir -y mucho- al ser responsable de los guiones para los distintos programas y reportajes audiovisuales de la televisión comarcal y de la productora de video que prácticamente ocuparían todo el tiempo de mi vida laboral y profesional. Tras el cierre de la NTV, llegarían dos libros más: “Desnudo Integral” (autobiográfico), en abril de 2013 y recientemente “La Cuneta al desnudo” (noviembre 2023), que recoge mis vivencias, aventuras y desventuras en los últimos 40 años por los rallyes españoles… 

Bueno y ya creo que es hora de empezar a justificar el título elegido para el artículo de hoy: “Una Villaviciosa imparable”.

Como me dijo un amigo hace unos días “parece que fue “a mala milk…” que lloviese tanto, durante toda la Semana Santa.

Nubes y agua con un tiempo desapacible que como por arte de magia, desapareció a última hora para que, nada más terminar la semana, apareciese un sol radiante acompañado por una temperatura inusual para esta época del año y cuando las túnicas de los cofrades de Jesús Nazareno ya se encontraban lavadas, planchadas y hasta bien guardadas esperando al próximo año.

“Sin duda ha sido una tremenda injusticia para la Villa porque con el tiempo que tenemos hoy, hubieran podido salir todas las procesiones que estaban  programadas”... Tenía razón aunque lo mismo ocurrió en casi todos los lugares donde también es tradición la celebración de la Semana Santa. Y se despidió con un “…ahora ya nada más hasta que llegue el verano y nos veamos por Rodiles, Merón o La Ñora” 

¡Pues no!, querido Toño y ahora te quito la razón. En Villaviciosa no paramos, pues hay muchas propuestas y muchos proyectos para llevar adelante hasta la llegada del estío con sol, lluvia o haga frío o calor y sin ir más lejos en este recién estrenado mes de abril, la cultura va a ocupar un lugar importante. 

Hace dos días, este pasado viernes 5, se presentó en el Ateneo Obrero el libro “La minería del azabache en Asturias”, de Manuel Gutiérrez Claverol y Carlos Luque Cabal, que tuvo una visita guiada a la exposición “Azabache Jurásico: De los orígenes al presente” en la que también hubo representación del RIDEA y el jueves 11 se iniciará un Taller de Micro-relatos titulado “La mínima expresión” que será impartido por Laura Cuervo. Comprende cuatro sesiones -cuatro jueves consecutivos- estando prevista su finalización el 2 de mayo. Va dirigido a personas que disfruten con la escritura y quieran aprender o mejorar su técnica en este campo concreto.

También en el Ateneo de Villaviciosa, el Ayuntamiento ha programado un espectáculo de narración oral a cargo de Rubén Fernández para el sábado 13 de abril a partir de las seis de la tarde. “La Casi Casa de la lloba Farruquita” es una instalación artística de narración oral destinada al fomento de la lectura. La entrada será libre (recuerden, aforo limitado). Por cierto: se estrena en Villaviciosa.

En este mes de abril tampoco podemos olvidar otro de los grandes acontecimientos que ofrece nuestro concejo a sus vecinos y a cuantos quieran visitarnos. Llegan las “XXX Xornaes de les Fabes de Villaviciosa” desde el martes 16 hasta el domingo 21. Precisamente en su primera jornada tendrá lugar el XIV Concurso de “La mejor Fabada del Mundo”. 

Treinta años de historia con catorce de ellos eligiendo, a nivel mundial, el plato estandarte de la gastronomía asturiana que, como ya comenté la semana pasada a propósito de “El Desenclavo” de nuestra Cofradía de Jesús Nazareno, también intentan “promocionarlo” en otros lugares incluso utilizando la misma leyenda o título de ‘La mejor fabada del mundo’. Entiendo que no deba haber exclusivas con nuestro plato típico, pero “copiar” literal y descaradamente el texto de nuestro concurso me parece tremendamente injusto amén de demostrar la total falta de creatividad de quienes quieren (o intentan), vender algo que no es suyo.

Como ven mis queridos lectores tenemos tarea por delante o mejor, un montón de actividades para disfrutar en estos tiempos convulsos por doquier. Seis meses de guerra en Gaza, nuevos bombardeos en Ucrania, Irán entrando en acción, Biden pidiéndole a Israel que deje pasar la ayuda humanitaria al tiempo que los EEUU siguen vendiéndole armas… Y también un más que sospechoso silencio de Putin en los últimos días. Puente de Baltimore, terremoto en Taiwan… El mundo patas arriba con visos de no mejorar y ni tan siquiera de al menos, intentarlo.

Me repito constantemente en que nos hemos dejado de hablar. Ya casi no suenan los teléfonos fijos ni móviles más que para llamadas de ‘Spam’. Muchos dicen que nos extinguimos y yo digo que, en realidad, creo que “nos silencian e intoxican” aunque no a todos. Los programas televisivos de “salsa” de todos los colores (rosa, verde o amarilla), eran criticados por muchos y hoy son prácticamente los que ocupan gran parte de las parrillas de programación de las TV. ¿A qué están jugando?

¿Cómo es posible que un futbolista que ha salido de la cárcel tras abonar una fianza de un millón de euros ocupe continuamente todos los informativos cada vez que sale de paseo en compañía de su abogada?... O ¿que el expresidente de la RFEF -que ya cae mal a todo el mundo- tenga seguimiento total de cámaras y programas especiales en todas las cadenas? De verdad piensen… ¿Cómo se puede entender que el señor Luis Rubiales ocupe más tiempo en los medios de comunicación que el chef asturiano José Andrés que ha perdido a siete de los suyos en un criminal atentado cuando estaban “ayudando y haciendo el bien” con la ONG creada por el mierense? 

Me hierve la sangre y siento pena y vergüenza a la vez. Pero como decimos aquí “ye lo que hay”. Prefiero seguir siendo pequeño, siendo como he sido siempre: mejor ‘cabeza de ratón que cola de león’. Prefiero seguir disfrutando de todo lo bueno que me rodea a pesar de la tarea pendiente que tenemos por delante. Y también, seguir alegrándome con lo más cercano como puede ser ese XXV Aniversario del SERIDA (la antigua “Pomológica” de la Villa), o que por fin nos hayan instalado la fibra óptica en San Martin del Mar, que es una tranquila y bella parroquia de una Villaviciosa imparable.