Opinión | Asturianas con ciencia

Un reto sin fin

Una invitación a los jóvenes a la emocionante aventura de investigar

Un reto sin fin

Un reto sin fin / .

Mi carrera en el mundo universitario comenzó en la investigación, aunque muy pronto completé esta faceta con la docente. Tras defender mi tesis doctoral, fui con una beca MEC/Fullbright a Michigan Technological University a completar mi formación durante dos años y medio en los que incorporé la metodología desarrollada en mi tesis al campo de la nanotecnología. Me reincorporé a la universidad de Oviedo con un contrato Ramón y Cajal, que posteriormente generó una plaza de titular, puesto que ocupo desde 2009.

Quisiera comenzar estas líneas dando las gracias a algunas personas que han hecho posible que yo esté hoy aquí. Comienzo con mis padres, que aunque muy ajenos al mundo de la investigación me educaron en la responsabilidad y constancia en el trabajo, valores fundamentales en la vida de un investigador. A Miguel, mi marido, el principal responsable de que yo hoy me dedique a esto, pues supo contagiarme su pasión por la investigación, y me alentó y animó en aquellos momentos de incertidumbre a lo largo de la carrera de fondo que es la investigación.

Muchas veces me preguntan en qué trabajas, y respondo que soy profesora de química física en la Universidad y además hago investigación. Y me vuelven a preguntar ¿qué es eso de la investigación? Para mí, les respondo, es un trabajo apasionante, que te permite dar respuesta a muchas preguntas que te has hecho y en el que a su vez vas abriendo nuevas puertas que generan nuevas preguntas y en el que con cada respuesta que obtienes vas generando conocimiento y ese es el reto, un reto que no tiene fin. Los grandes avances en investigación en la actualidad no se realizan de forma independiente o autónoma si no que son el resultado de un trabajo colaborativo, plural y multidisciplinar de hombres y mujeres que, con opiniones distintas y formación diferente, pueden aportar ideas y conocimiento complementario para tratar de dar respuesta a las preguntas planteadas y que este conocimiento revierta en la sociedad. Aprovecho para animar a los jóvenes a descubrir este fascinante mundo, uniéndose a la emocionante búsqueda de respuestas donde cada hallazgo es un paso hacia un futuro más brillante. ¡Emprended el viaje de la investigación y dejad vuestra huella en el mundo!

Mi investigación siempre ha estado ligada al concepto de enlace químico. Este es un concepto fundamental en química empleado por los profesionales de esta y otras áreas afines. ¿Cómo podemos entender de forma sencilla el concepto de enlace? Podríamos decir que el enlace es aquello que mantiene unidos unos átomos y a otros no los une. Esta simple interpretación del enlace ya nos abre una primera pregunta ¿por qué a unos si y a otros no? A lo que sigue otra pregunta, ¿cuál es la naturaleza del enlace químico?, ¿hay distintos tipos de enlace?..., y así podemos continuar.

Con el desarrollo de mi tesis doctoral en la Universidad de Oviedo se abrió una línea nueva de investigación centrada en los aspectos fundamentales de la teoría del enlace químico en el espacio real aplicada a los sólidos cristalinos donde el grupo tenía una gran experiencia. Esta línea fructificó y ahora es el eje fundamental de la investigación del grupo, aunque nos hemos movido al mundo molecular. Tras la defensa de mi tesis me fui a la Universidad Tecnológica de Michigan a completar mi formación durante dos años y medio en el campo de la nanotecnología. La aplicación de la teoría del enlace en el campo de la nanotecnología de compuestos de los grupos 13-15 de la tabla periódica me permitió obtener un contrato Ramón y Cajal y regresar a la universidad de Oviedo en el 2003, que posteriormente generó mi posición permanente en 2009. En este proyecto he analizado las propiedades estructurales, energéticas y de enlace en agregados pequeños y su evolución con el tamaño con el objetivo de poder predecir y controlar las propiedades ópticas y tecnológicas de los mismos.

Nuestro grupo centra su investigación en la elaboración de una teoría cuantitativa del enlace químico basada, en contraposición con el paradigma de orbitales moleculares, en cantidades independientes de estos orbitales, prestando atención a la distribución probabilística de los electrones en el espacio. Este trabajo se enmarca dentro de una disciplina conocida como topología químico cuántica (QCT), a la que hemos contribuido enormemente mediante el desarrollo de la metodología de los Átomos Cuánticos Interaccionantes (IQA), y la conexión estadística anteriormente citada.

Como decía, a pesar de ser la piedra angular de la química, la noción de enlace no se sustenta sobre bases físicas sólidas. Para ello es imprescindible encontrar formas más claras de describirlo con un claro significado físico, que arrojen luz sobre las características de los distintos enlaces químicos y ayuden a clasificarlos de manera rigurosa, tratando de dar respuesta a las preguntas con las que introducía el omnipresente concepto de enlace químico. Es aquí, donde el uso de la estadística aplicada al estudio de cómo se distribuyen los electrones en una molécula nos permite comprender mejor los distintos tipos enlaces y, por ende, los sistemas químicos en los que se encuentran. No solo eso, sino que, además, IQA proporciona una dimensión energética local que ayuda en la comprensión de cuál es el carácter de un determinado enlace y de qué contribuciones son las que determinan que una molécula posea una cierta estabilidad o siga un camino de reacción y no otro.

También he estado trabajando en proporcionar una base física capaz de arrojar luz sobre conceptos que están presentes en el día a día de los químicos y que carecen de una definición sólida, como la repulsión estérica entre átomos o los distintos estados de oxidación en los que puede presentarse un átomo en diferentes compuestos.

En la actualidad, mi interés se centra en la aplicación de todas las herramientas disponibles en el grupo sobre el enlace químico y su relación con la estabilidad molecular a grandes sistemas de interés biológico y a materiales de importancia tecnológica donde la descomposición en fragmentos puede ayudar enormemente a su estudio, ya que las ideas, teorías y modelos que estamos desarrollando en el grupo pretenden generar conocimiento básico en la parte más profunda de la química, tratando de dar respuestas a las demandas de la sociedad moderna.

En línea con los retos de la sociedad actual, voy a dedicar unas palabras sobre la educación de los jóvenes; la sociedad del futuro dependerá de su educación. Para mí, el gran reto es una educación en el respeto y la igualdad para poder olvidarnos del género y centrarnos en la persona y así solucionar muchos problemas de la sociedad actual. Una vez mencionada la palabra género, me lleva a que debemos promover la conciliación de la vida familiar en igualdad, es una tarea en la que tanto hombres como mujeres debemos embarcarnos en igual porcentaje. Si esto fuera así, en investigación evitaríamos que la producción científica femenina se resintiera y que muchas mujeres quedaran fuera del sistema durante un tiempo, ya que luego es muy complejo volver a entrar. Por supuesto, este problema es extrapolable a otras disciplinas, he pensado mucho en ello y no sé cuál es la mejor solución para aplicar de inmediato e intentar minimizar el problema. Lo que sí sé es que es necesario que haya mujeres dirigiendo e investigando igual que hombres, porque la diversidad de género y el trabajo en equipo nos permiten ver, enfocar y proponer soluciones a los problemas de la sociedad desde una perspectiva mucho más amplia y rica.

Empecé dando las gracias y quiero terminar también dando las gracias a todos mis compañeros del grupo de química teórica y computacional, especialmente a Ángel y Evelio, sin los cuales nada de esto habría sido posible.

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