Esteban Gómez Suárez, presidente del Colegio de Enfermería de Asturias: "El sistema se resiste a reconocer a las enfermeras como profesionales sanitarios competentes y autónomos"

"La formación desde el colegio debe ir orientada a abrir nuevos campos de trabajo, nuevas aplicaciones a lo que hacemos, nuevas competencias y habilidades"

Esteban González Suárez, presidente del Colegio de Enfermería de Asturias

Esteban González Suárez, presidente del Colegio de Enfermería de Asturias / Imagen cedida a LNE

Lorena Landázuri

Lorena Landázuri

-Hace unos días el Colegio celebró su Junta General con la aprobación de los nuevos estatutos del CODEPA ¿qué supone este cambio para la evolución colegial?

La renovación de los estatutos era un compromiso de esta candidatura desde hace tiempo. Sabíamos antes de entrar lo necesaria que era la renovación de los mismos, no solo porque se hubieran quedado obsoletos legalmente sino porque facilitaban la perpetuación de una mala gestión colegial.

Los nuevos estatutos se basan en tres pilares fundamentales: transparencia, participación y sostenibilidad. Los nuevos estatutos permitirán a los colegiados y colegiadas tener el control real de la institución, facilitarán la participación con información clara y fiable, favorecerán la renovación y desarrollo del colegio con unos estándares éticos y democráticos muy altos.

-El CODEPA realiza una ardua labor formativa, con múltiples cursos y jornadas ¿los colegiados sacan rendimiento de toda esta actividad?

Espero que sí, creo sinceramente que el esfuerzo es importante, en especial este último año hemos dado un salto cualitativo muy grande. Mantenemos la formación on-line con salusplay y hemos propuesto un programa de actividades formativas que mezclan la formación más clásica con nuevas formas de entender el cuidado. Actividades más disruptivas que pretenden ensanchar el campo de las enfermeras más allá de hacer lo de siempre. Colaboramos con colegiados que tienen inquietudes distintas, con sociedades científicas y otras entidades, y aunque son nuestra prioridad, no solo formamos enfermeras, también llegamos a otros sectores y profesionales.

Somos conscientes de que a veces se genera mucha lista de espera para algunos cursos, trabajamos en ello, y vamos multiplicando las ediciones y buscamos fórmulas para mejorar. Hay mucho que mejorar aún, pero la formación desde el colegio debe ir orientada a abrir nuevos campos de trabajo, nuevas aplicaciones a lo que hacemos, nuevas competencias y habilidades, desarrollo del conocimiento enfermero en el sentido más amplio.

Para el próximo 2024 tendremos novedades y sorpresas que esperamos gusten a todas las colegiadas.

-Sin duda, uno de los hitos más importantes de la actual Junta de Gobierno fue el cambio de la sede colegial, más adaptación y proyecto de reforma ¿cuándo estarán concluidas las obras?

El proyecto es realmente ambicioso y el planteamiento inicial ha hecho que se retrasara más de lo que habríamos querido. El convenio con el Colegio de Arquitectos, el concurso de proyectos ha traído consigo un proyecto elegante y espectacular de los arquitectos De La Rasilla que votaron las enfermeras. Pero el retraso se ha sumado a los retrasos de la burocracia administrativa, los permisos, el concurso para la selección del constructor…

En cualquier caso, la actividad ya se ha iniciado y si todo va bien tendremos nueva sede para el próximo verano. 1300 metros en los que las enfermeras podrán desarrollar todo tipo de proyectos y actividades, unas instalaciones a la altura de las enfermeras asturianas, modernas y funcionales. Una sede de la que estar orgullosas y poder abrir a la comunidad.

-Sin duda, otra de las apuestas y retos de su mandato fue la creación y puesta en funcionamiento del Cuidalab® ¿qué balance hace de esta iniciativa?

Es fundamental para nosotros el área de innovación, en el Cuidalab® hemos incorporado toda la actividad investigadora, innovadora y emprendedora dándole soporte y visibilidad a las enfermeras que trabajan en estos ámbitos.

Hemos de trabajar aún para cambiar nuestra cultura de innovación y emprendimiento, pero el balance de este programa es muy bueno, con actividades de divulgación muy interesantes y exitosas como las jornadas de innovación y las jornadas de Salud en el SXXI, pero también con las becas de investigación, el soporte de proyectos de las colegiadas, los retos que trabajamos con Gijón Impulsa o los programas para los que hemos conseguido financiación pública.

Estar en la milla del conocimiento, nos proporciona visibilidad y una posición excelente para compartir conocimiento con otros profesionales y agentes que nos pueden hacer crecer y a los que podemos aportar mucho en proyectos de salud en los que participamos o lideramos. Este posicionamiento, gracias al talento de las enfermeras asturianas, está sorprendiendo y contribuyendo a cambiar la imagen que la sociedad tiene de nosotras.

Y por qué no decirlo, del Cuidalab® están saliendo proyectos geniales que pueden cambiar en el futuro la forma de cuidar a las personas, uno más rápidos y sencillos, otros más lentos y ambiciosos pero todos con voluntad de contribuir a una nueva cultura del cuidado. En este sentido he de mencionar la ilusión con la que las empresas y agentes innovadores (No solo tecnológicos) acogen nuestros proyectos y la ayuda que nos prestan.

- Dar más visibilidad a las enfermeras, sus proyectos, trabajos e inquietudes también ha sido una apuesta creciente en estos últimos ¿se ven identificadas con la visibilidad que desde el colegio se les quiere dar?

Sí, invertimos mucho trabajo en este sentido. Queremos que las enfermeras se vean reflejadas en la sociedad tal como las enfermeras queremos que se nos vea. Esto que parece sencillo en una profesión cuya imagen tan plagada de clichés y prejuicios nos llevará tiempo.

Sin embargo, estamos visualizando cada vez más liderazgo de enfermeras que más allá del ámbito institucional proponen ideas y proyectos, enfermeras que organizan eventos que generan conocimiento, que se implican con la comunidad más allá de lo que es su trabajo diario. Evidentemente este aumento no es solo fruto de lo que hagamos nosotros, pero queremos estar ahí y apoyar a las enfermeras que lideran este movimiento.

Creo que esto se va notando más, cada vez se nos llama más de la prensa, se buscan enfermeras expertas para dar recomendaciones u opiniones. La presencia en medios de nuestra profesión es cada vez mayor y pienso que más positiva, más centrada en lo que somos, profesionales excelentemente formados, autónomos y con mucho que aportar a la sociedad.

El trabajo en redes y con la prensa ha sido muy intenso desde que llegamos, este año hemos dado un paso más allá con este boletín “Cambio de Turno” que valoro muy positivamente y creo que puede ser una gran herramienta para proyectar nuestra imagen profesional y ayudar a mostrar referentes dentro de nuestra comunidad.

-¿Cómo ve el futuro de la enfermería en Asturias y qué problemas ensombrecen la profesión?

Como profesionales del cuidado me preocupa el proceso de miserabilización del cuidado frente a la necesaria profesionalización. Este va a ser el caballo de batalla de la profesión en los próximos años. Este proceso de miserabilización del cuidado se está dando con mucha fuerza en el sector sociosanitario y geriátrico, y tiene mucho que ver con lo poco que se valora el cuidado de las personas en la sociedad de hoy en día pero parece que se puede trasladar al ámbito sanitario.

Por otro lado, seguimos viendo una resistencia enorme desde el sistema a reconocer a las enfermeras como profesionales sanitarios competentes y autónomos lo que hace que no se aproveche todo nuestro potencial. De poco o nada valió nuestra enorme labor en la pandemia, el año internacional de las enfermeras de la OMS o la campaña Nursing Now… Poco o nada ha cambiado y esto más el desgaste postpandemia hace que el ánimo decaiga. Uno de los grandes retos de los próximos años será remontar los ánimos, no se puede tirar solo de compromiso y profesionalidad.

Necesitamos herramientas que nos ayuden. Seguimos con un desarrollo de las especialidades muy precario por no decir inexistente. En Asturias se invierten dos millones de euros al año en formar especialistas que luego no son reconocidos ni aprovechados. Un buen desarrollo de las especialidades podría ser crucial para la sostenibilidad y la mejora de desempeño del sistema de salud y sociosanitario.

Tampoco hemos avanzado mucho en la prescripción de medicamentos y productos sanitarios, algo que facilitaría mucho el desempeño de las enfermeras y del propio sistema de cara al ciudadano. Ni hablamos del reconocimiento del A1 que es algo que a nivel nacional sigue parado y que nos impide acceder a determinados grupos y escalas en la administración.

Estos problemas entre otros de tipo laboral, muy relacionados con lo poco que se reconoce a las enfermeras nos llevan al mayor reto que tenemos respecto a la profesión: la escasez de enfermeras. En plena "ola" de jubilaciones de las “Babyboomers” el clima profesional y laboral actual no es atractivo para las egresadas de la universidad que prefieren alargar su periodo formativo o explorar otras opciones acordes con el nivel académico que han adquirido.

Los empleadores…

-¿Cómo va el pulso que han interpuesto, vía judicial, con las presuntas irregularidades en las cuentas del Consejo General de la Enfermería?

Hay un entramado judicial complejo alrededor de las ejecutivas saliente y entrante del Consejo General, en realidad nosotros no hemos interpuesto ninguna denuncia, pero si nos hemos personado como parte afectada en (varias demandas) varias causas penales que se siguen (han interpuesto) contra el anterior presidente del Consejo General y contra la actual ejecutiva.

Nuestro interés, por supuesto, es defender los intereses de las colegiadas y colegiados asturianos y comprender como se han venido haciendo las cosas en el ámbito del Consejo General para aprender de lo ocurrido y que no se vuelva a repetir, aunque es complicado.

Más allá de lo judicialmente punible, lo cierto es que resulta escandaloso como se habían venido gestionando los fondos que provienen de las enfermeras y el uso que de esos recursos se ha realizado. Es necesario que se trabaje la transparencia y el buen gobierno más allá de medidas muy limitadas y efectistas y se pongan en el centro de una vez las necesidades de las enfermeras españolas para que trabajemos para ellas de forma eficaz.

-¿Qué balance hace de su mandato?

Ha sido un turno muy complejo, con mucho por hacer y muchas complicaciones sobrevenidas. El balance que hacemos es bueno, pero en esta junta somos poco amigos de la autocomplacencia. El listón estaba muy bajo, tocaba reconstruir y había demasiado por hacer. Hemos ido paso a paso, tropezando y levantándonos, aprendiendo y construyendo un colegio más parecido al que todos queremos.

Antes de pensar en elecciones, por el año 2012-2013 ya hablábamos de los valores que debía tener el CODEPA, en el manifiesto de creación del movimiento #6000 enfermeras ya mencionamos la transparencia, la innovación o la participación que son valores firmes en el colegio a día de hoy.

Cuando nos presentamos a las elecciones llevábamos diferentes iniciativas que hemos ido cumpliendo poco a poco, es cierto que algunas cuestiones eran un poco ingenuas y no hemos podido llevarlas a cabo, otras no han salido como esperábamos y nos han generado problemas añadidos que hemos tenido que ir solventando, y otras tendrán que esperar a estar más maduros. Pero los grandes temas van aclarándose; tendremos nuevos estatutos, cuentas saneadas y transparentes, menor cuota anual, y una gestión de los recursos que en poco tiempo nos permitirá disponer de una sede colegial a la altura que merecen las enfermeras asturianas.

Todo esto con una pandemia por medio, y con un salto cuantitativo y cualitativo de la actividad desarrollada por el colegio en formación, investigación, innovación o servicios al colegiado como nunca antes se había hecho. Incluyo en esta actividad, las acciones diversas llevadas a cabo para mejorar leyes y decretos, la actividad sociopolítica para defender la figura de las enfermeras ante instituciones y administraciones y una mayor visibilidad social.

Sin embargo, queda mucho por hacer para consolidar este modelo de colegio, nuestro interés es que las enfermeras vean que el colegio es su propiedad, su casa, un lugar que puede ayudarles a desarrollarse como profesionales, a consolidar sus proyectos más allá de su ámbito de trabajo, a defender su rol en la sociedad y a ir tan lejos como ellas crean que deben ir.

Así lo han visto ya muchas compañeras que han tenido el colegio como apoyo, como paraguas o como compañero de proyectos que ellas proponen y desarrollan en diferentes formatos. Proyectos acordes al gran talento que ellas aportan y que son reconocidos por instituciones, organizaciones y administraciones públicas.

-¿Qué retos le restan por hacer el próximo año, último de mandato antes de ir nuevamente a las urnas?

Siempre surgen cosas nuevas, siempre exploramos nuevos proyectos, tengo la sensación de que aunque sigamos otro mandato (Ya no podrán ser más por estatutos) nos quedarán proyectos pendientes por explorar.

De momento tenemos que consolidar los cambios que hemos venido haciendo, en parte se lograrán con los nuevos estatutos pero nos queda consolidar protocolos, reorganizar la estructura, flujos de trabajo y gestión, para que no sea tan costosa.

Pero en definitiva, lo más importante, la cultura que nos gustaría que quedara, es que el colegio es una herramienta de las colegiadas para afrontar los retos que ellas mismas propongan, decidan y quieran trabajar.