Covadonga, J. A. ORDÓÑEZ

El arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes, convirtió su primera homilía de la festividad de Nuestra Señora de Covadonga en un contundente alegato en favor de la familia y en contra del aborto, del divorcio y de la eutanasia poniendo en el punto de mira, sin hablar de siglas, algunas iniciativas políticas del PSOE e IU. El prelado -que reconoció que su discurso fue «cuidado tanto en la forma literaria como en lo que quería decir de contenido»- denunció el «desmantelamiento de todo lo que significa la familia», apuntando directamente a «quienes destruyen la vida, no dejando nacer y sin prestar verdadera ayuda a la mujer, bien por prepotencia machista o por demagogia feminista». En una basílica del santuario abarrotada de fieles, y con las principales autoridades políticas de la región en primera fila, el Arzobispo también cargó, en clara alusión al divorcio, contra «la banalización del amor con farsas y fáciles rupturas». A continuación, criticó a quienes «tiran al cubo de la basura las vidas de las personas mayores», en referencia a la eutanasia, y reclamó el ejemplo de la Sagrada Familia «frente a la cultura de la muerte».

En su homilía, Sanz Montes también señaló que la familia «no es una institución rancia, ni propia de tiempos pasados». Muy por el contrario, indicó que es «el cauce donde la vida del hombre nace, crece y concluye en esta etapa para ir a otra que es eterna». A partir de ahí, el prelado alertó contra «la persecución actual a la familia» por quienes «le tienen miedo» y «no defienden la vida».

Pese a la contundencia del mensaje central del Arzobispo en la misa de Covadonga, el presidente del Principado, Vicente Álvarez Areces, no se sintió aludido directamente por las críticas de Sanz Montes. Tras la procesión a la santa cueva, el jefe del Ejecutivo aseguró que está «orgulloso» de sus políticas de «apoyo a la vida». En su última fiesta regional como máximo responsable autonómico, Álvarez Areces mostró «respeto» por las opiniones vertidas en la homilía, aunque aseguró que sus gobiernos se han caracterizado por «apoyo a la familia, apoyo a la mujer en sus justos derechos y apoyo a la vida». En la misma línea, en la valoración de un discurso que vio «en términos del Antiguo Testamento», el Presidente alabó la «cohesión social que ha conseguido Asturias a través de la sanidad, la educación, la extensión de los servicios sociales y la ley de Dependencia».

La solemne misa de la festividad de la Virgen de Covadonga arrancó poco después de las doce del mediodía. Concelebraron con Sanz Montes, su obispo auxiliar, Raúl Berzosa; el arzobispo emérito de Oviedo, Gabino Díaz Merchán; el abad del cabildo del real sitio, Juan José Tuñón Escalada, y 25 sacerdotes de diferentes puntos de la región, algunos de ellos ya jubilados. De la parte musical se encargó la escolanía, acompañada por un grupo de antiguos escolanos bajo la dirección de Jorge Laria, y la Banda de Gaitas de Cangas de Onís. Entre las autoridades presentes, además de Areces, estuvieron el delegado del Gobierno, Antonio Trevín; la presidenta de la Junta General, María Jesús Álvarez; la consejera de Administraciones Públicas, Ana Rosa Migoya; el alcalde de Cangas de Onís, Alfredo González; el presidente del PP asturiano, Ovidio Sánchez; el presidente de la Federación Asturiana de Empresarios (FADE), Severino García Vigón; el jefe superior de Policía de Asturias, Baldomero Araujo; el jefe de la zona de Asturias de la Guardia Civil, coronel José María Feliz, y los diputados regionales Fernando Goñi, Ramón García Cañal, José Ángel Bustillo, todos ellos del PP, y el socialista Alfonso Rey, entre otros.