Oviedo, Andrea LORENZO

La Universidad de Oviedo baraja cerrar sus puertas durante las vacaciones de Navidad, Semana Santa y la segunda y tercera semana de agosto para ahorrar. Así lo anunció su gerente, Eusebio González, durante una reunión que mantuvo ayer con el personal administrativo y de servicios para explicar cómo se van a aplicar el último Real Decreto de recortes del gobierno central, medidas que, desde la Universidad, «se han intentado implantar con el menor impacto posible», y que, según denunció CC OO, en muchos casos llegarán a reducir el 40% del salario de los trabajadores universitarios.

En una sala abarrotada a la que muchos no pudieron acceder por falta de espacio -son más de 400 los afectados-, González informó a los asistentes de que en las dos reuniones que se celebraron entre la gerencia de la Universidad y el Comité de Empresa, y a las que también asistió el rector Vicente Gotor, se llegó a un preacuerdo diseñado para «suavizar en la medida de lo posible el impacto del recorte».

Aunque los sindicatos solicitaron el adelanto de la paga de septiembre para que los trabajadores pudieran hacer frente a los pagos de la vuelta de vacaciones -muchos habrían hecho gastos teniendo en cuenta la nómina previa a la aplicación de los recortes, según CC OO-, desde la Universidad se descartó tal posibilidad por «falta de liquidez». «No contamos con los medios para poder adelantar el dinero, pero ofrecemos la oportunidad de que la Universidad firme una carta a la entidad bancaria del trabajador para que se le anticipe la nómina de un mes, por ejemplo, la de septiembre», explicó el gerente.

En este preacuerdo se contemplan también otras medidas. Así, por ejemplo, en octubre, si el Consejo Social de la Universidad logra reunirse, se podría saldar el retraso de diez meses que la entidad pública tiene con muchos de sus trabajadores en el pago del extra en la carrera profesional, y en noviembre adelantar los conceptos de acción social o el pago de vestuario. «Todas estas alternativas no son más que parches, porque dependen en exceso de entidades y organizaciones ajenas a la universidad, y además no afectan a todo el mundo», afirma Ángeles Fal, vocal del Comité de Empresa por CC OO.

El Real Decreto también perjudica otros aspectos de la vida laboral de los funcionarios y trabajadores públicos, como son los moscosos o las bajas laborales. «Ya no vamos a poder ponernos enfermitos como antes», informó González a la sala, haciendo referencia al apartado de la reforma que establece que todo trabajador público dejará de cobrar el sueldo entero en caso de baja por enfermedad hasta pasadas tres semanas. Un comentario «muy desafortunado», según Fal, «porque da la imagen de que estamos de baja siempre que queremos».

González afirmó que en tiempos tan difíciles, son señales de «comprensión y elegancia que aquellos colectivos con un trabajo más o menos seguro hagan un esfuerzo», comentario que arrancó un murmullo de reprobación de los asistentes. «Tenemos instrucciones de no rescindir el contrato siempre que podamos», aseguró el gerente, intentando tranquilizar a los asistentes.

El gerente de la Universidad aprovechó la reunión para «disculparse formalmente por la falta de sensibilidad que ha tenido la Universidad» a la hora de comunicar los recortes, pero recordó que «es obligación del trabajador público conocer las disposiciones legales».