Un fallo técnico en la operación de "sangrado" del horno alto A de Arcelor-Mittal en Veriña (Gijón) provocó ayer un incendio que hizo saltar todas las alarmas, al derramarse el arrabio -hierro fundido- al exterior y producirse una enorme y densa nube de color rojizo que se pudo ver desde varios kilómetros: el oeste de Gijón, en Llanera, en Siero, por la autopista "Y" hacia Avilés. Incluso llegó a acercarse al nuevo Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), en Oviedo.

Lo aparatoso del incidente hizo temer en un primer momento por una gran avería que pudiera incluso inutilizar el horno alto, con efectos desastrosos en la economía regional, ya que esta instalación es el corazón del sector industrial asturiano. A la espera de los informes definitivos, todos los indicios apuntan a que la avería se podrá subsanar en pocos días. El horno alto A permanecerá parado varios días, aunque la empresa no ha concretado cuántos.

El accidente se produjo sobre las cinco y cuarto de la tarde, cuando se estaba realizando una rutinaria labor de sellado de una de las piqueras (orificio por el que se extrae el arrabio en el horno alto). Por motivos que aún no se han concretado, la piquera no quedó bien sellada y se produjo un derrame del hierro fundido, lo que generó un incendio, según explicó un portavoz de la multinacional. La rápida intervención de los bomberos de Arcelor-Mittal permitió que hacia las seis y media de la tarde el fuego estuviese sofocado y el horno alto estabilizado.

Esta instalación permanecerá parada durante un tiempo indeterminado, hasta que se comprueben y valoren las consecuencias del incendio. "Se ha activado el protocolo de emergencia y ahora se están valorando los daños. El horno no va a estar mucho tiempo parado; será cuestión de un día o poco más", explicó el portavoz de la compañía. Eso sí, matizó que "todo depende de los informes técnicos". El arrabio sale del horno alto a una temperatura de unos 1.550 grados centígrados. Al derramarse alcanzó cableado, las vías y algunos de los trenes torpedos preparados para el transporte hasta las acerías.

Fuentes sindicales coincidieron en señalar que, si bien al principio se temió que el accidente hubiera sido muy grave, en principio no hay que temer más que unos pocos días de parada. Todos ellos insistieron en destacar "lo escandalosos" que son los incidentes en la siderurgia, al margen de sus consecuencias. Las labores, una vez estabilizada la situación, se centraron en acelerar la limpieza de los restos del mineral de hierro para que la actividad se pudiera recuperar cuanto antes.

Las primeras informaciones, sin confirmar por la compañía, apuntaban a que se había producido una avería en el refractario y que estaba afectada la coraza del horno alto. Si esto hubiera sido así, las consecuencias económicas habrían sido millonarias. Algunas fuentes llegaron incluso a advertir en esos primeros momentos de preocupación de que podría suponer que Asturias se quedase con un solo horno alto, lo que dejaría a la siderurgia asturiana con un breve recorrido.

Protección Civil fue alertada por la propia empresa del accidente sobre las cinco y veinte de la tarde. Pero una enorme y densa nube de color rojizo ya había hecho saltar las alarmas entre los vecinos de la zona oeste de Gijón. Residentes en parroquias como Montiana, Serín, o barrios como el del Cerillero o Tremañes se refugiaron en sus viviendas por el temor a los posibles daños que la nube pudiera causar sobre la salud. Pero no fueron los únicos. La nube se podía ver desde algunas zonas de Siero, como La Fresneda o Viella, también desde Llanera, por la autopista hacia Avilés e incluso aproximarse hacia el HUCA, en Oviedo.

La nube rojiza es la consecuencia del contacto del arrabio -con mineral de hierro- con el oxígeno y el agua, que libera partículas de grafito y quedan en suspensión. La dirección de Arcelor-Mittal indicó desde el primer momento que la nube "no es tóxica".

Graciano Torre, consejero de Economía y Empleo del Principado, aseguró a última hora de la tarde, tras conversar por teléfono con la dirección de Arcelor-Mittal en Asturias, que "una vez que se constata que no hay heridos y que la nube no es tóxica, ahora lo más importante es que cuanto antes se despeje y se limpie la zona afectada para comprobar el alcance de los daños", indicó. "Es importante que los daños se puedan subsanar cuanto antes para que el horno alto vuelva a funcionar", añadió.