Una investigación que está desarrollándose en Asturias puede complementar, mejorándola, la llevada a cabo en Madrid y que ha desembocado en la creación de una bioimpresora de piel humana en tres dimensiones. La clave de esta contribución sería la biotinta empleada por la citada impresora, según explicó ayer a LA NUEVA ESPAÑA Álvaro Meana, quien trabaja en el seno de un grupo integrado por el banco de tejidos del Centro Comunitario de Sangre y Tejidos, el Instituto Oftalmológico Fernández-Vega y las empresas Izertis y Prodintec.

"Nuestro objetivo consiste en desarrollar la bioimpresión de córneas, pero entendemos que una misma biotinta podría ser usada para distintos tejidos", señaló el doctor Meana. El equipo aprovecha componentes de la sangre donada por los asturianos que no se emplea luego en las bolsas que se envían a los hospitales para ser transfundidas a los pacientes. Asimismo, emplea parte de los tejidos de los que dispone el Centro Comunitario. "Estamos en los inicios del proyecto, pero está claro que ésta es la tecnología del futuro", enfatiza Álvaro Meana.