La Asociación de vigilantes de seguridad privada en Asturias (Avispa) ha presentado un proyecto al Principado y a distintos colectivos en el que se ofrece a unos 150 profesionales como apoyo a la Policía Nacional y la Guardia Civil para ejercer como escoltas de las víctimas de violencia machista.

Jorge Cuesta, coordinador general de la asociación Avispa, explicó que el proyecto consiste, básicamente en actuar como escoltas de aquellas mujeres que tienen una orden de protección y a sus hijos, pero también de vigilancia sobre el agresor. "Se trata de actuar como apoyo o de manera complementaria a los agentes de la Policía y la Guardia Civil", añadió. Según su estudio, los efectivos de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado son escasos para dar protección a todas las mujeres que la necesitan. "A veces tiene que controlar una patrulla a más de una decena de víctimas, y eso es claramente insuficiente por muy bien que se haga", explicó Cuesta.

El servicio se concibe como una medida de prevención, y ya funciona en País Vasco, Navarra, Valencia y Madrid "con éxito", detalló Cuesta.

El ejemplo de cómo se articularía en Asturias es el País Vasco, donde los escoltas privados funcionan en coordinación con la Ertzaintza. Mientras el agresor está en prisión, no se asigna protección a la víctima. Cuando se tiene conocimiento de que va a salir de la cárcel, a la mujer y su familia o bien la protege la policía autonómica o bien se inicia un procedimiento burocrático entre el Juzgado y la Policía para determinar si se asigna escolta privado. Todo ello no se retrasa más de 72 horas. La situación se revisa después periódicamente.