Diana DÍAZ

El Joven Coro de la Fundación Príncipe de Asturias protagonizará esta tarde la penúltima cita de la XXXI Semana de música religiosa de Avilés. En la iglesia de Santo Tomás de Cantorbery, sede de esta edición dedicada al nuevo órgano, el coro rendirá tributo a José Ángel Émbil Ecenarro, figura indispensable en los cimientos de la actividad musical asturiana. Las voces benjaminas de la Fundación interpretarán, a las 20.15 horas, un programa centrado en la obra de Émbil Ecenarro que cerrarán con cuatro motetes sobre temas gregorianos de Maurice Duruflé, el salmo 150 de Ernani Aguiar y las piezas «Sanctus» y «Benedictus» de Josep Vila. El director del coro, José Ángel Émbil Miranda, se mostró ayer emocionado e inquieto. «Será la primera vez que se celebre un concierto monográfico con la obra religiosa de mi padre», explicó el director.

«Son obras sencillas, de armonía clásica, que combinarán las voces del coro, ya que cada una responde a las posibilidades de cada formación con la que trabajó», matizó Émbil Miranda, el director del Joven Coro. Émbil Ecenarro, hombre de fuerte sentimiento religioso, componía su obra sacra en función de las características de los coros con que contaba en cada parroquia. Además, ejercía de organista, como en el caso de San Lorenzo de Gijón y en Pola de Siero. Según el director de las voces benjaminas de la Fundación, la idea de dedicar el concierto de esta tarde a Émbil Ecenarro fue de José María Martínez, responsable de la Semana de música religiosa, «a raíz de la publicación de un libro con su obra coral».

Las piezas de Émbil Ecenarro que hoy mantienen los coros en repertorio son las basadas en temas y ambientes asturianos. «La chalanera», «Dime, paxarín parleru» y «La zorra» son una muestra de los «top» de la obra coral del músico, que vivió entre los años 1897 y 1980. «La formación musical de la gente, así como la difusión de la música asturiana, fueron los objetivos fundamentales de mi padre», comentó Émbil Miranda. «La música hoy día se vive de otra manera. La gente ya no es tan participativa, y si lo es, parece que tiene que ser a niveles profesionales», reflexionó el director del Joven Coro de la Fundación, que achacó esta situación «a la diversa oferta que ofrece la sociedad actual, a diferencia de las posibilidades que tenía la gente hasta mediados del siglo XX».

José Ángel Émbil Ecenarro, natural de Zumaya (Guipúzcoa), se trasladó a Asturias cuando ingresó en el Colegio de la Inmaculada de Gijón, debido a la muerte de su madre. Allí comenzó un periplo musical que caló en toda Asturias, a través de la docencia, la dirección de formaciones corales y bandas de música, y de la composición. Bajo su batuta, el Orfeón Gijonés llegó a ser uno de los mejores coros españoles de la República. La guerra civil no detuvo su ferviente actividad musical, «a la que dedicó toda su vida desinteresadamente», como afirmó su hijo, el director del Joven Coro de la Fundación. Los ochotes «Jovellanos» y «Pelayo» y la Masa Coral de Asturias fueron otras de las formaciones que Émbil Ecenarro dirigió en los años treinta, década que culminará con la fundación de la Sinfónica Provincial de Cámara de Educación y Descanso de Asturias junto a otras figuras importantes como Ángel Muñiz Toca y Amalio López Sánchez. Esta orquesta de cámara fue el germen de la Orquesta Sinfónica de Asturias.

El año 1946 abrió una nueva etapa en su trayectoria profesional, ya que se afinca en Pola de Siero, donde se hará cargo de la banda de música y de la academia de la recién constituida Sociedad Siero Musical. Tras algunos episodios, Émbil Ecenarro consigue recuperar el coro de Siero Musical, con el que llevará un camino de éxitos, hasta el clímax del premio del Concurso de habaneras de Torrevieja.

Otras formaciones que impulsó bajo su batuta fueron el Orfeón Coral de Noreña y el Orfeón de Mieres. Cada año, en Pola de Siero se celebra un memorial en agradecimiento al impulso que José Ángel Émbil Ecenarro dio a la música en Asturias. Esta tarde, le toca al Joven Coro de la Fundación Príncipe de Asturias bridar su homenaje.