Luanco,

Braulio FERNÁNDEZ

El gobierno de Gozón aseguró ayer que no esperará más por Carreño para iniciar la reforma de la Mancomunidad del Cabo Peñas, que ambos municipios integran. Si el próximo viernes Carreño no acepta la propuesta de rebaja del gasto corriente planteada por Gozón, y que permitirá a cada ayuntamiento un ahorro anual de 180.000 euros, se optará por disolver el ente supramunicipal.

La opción de finiquitar el órgano comarcal parecía descartada hace pocas semanas, pero la dilación de Carreño en tratar las diferentes propuestas del concejo al norte del río Pielgo, parecen haber agotado la paciencia de los gozoniegos. «Ya tenemos lista nuestra propuesta, que efectivamente contempla una reducción drástica del gasto y de las aportaciones a la Mancomunidad», reconocía ayer el Alcalde de Gozón, Ramón Artime.

Eso sí, no va a esperar mucho más por Carreño, que ya conoce desde diciembre los planes de Gozón para aminorar los servicios y su coste. «El viernes necesitamos una respuesta de Carreño, porque de lo contrario deberemos plantear la disolución», advertía Artime. Y es que su gobierno ya tiene listo un borrador de presupuestos para el año 2013, y en el ya se han descontado esos 180.000 euros que anteriormente se consignaban para las aportaciones al ente supramunicipal. Tal es así, que desde Gozón consideran que «no hay marcha atrás: o se reforma o se disuelve», toda vez que las cuentas gozoniegas no pueden soportar más unas aportaciones que hasta 2012 eran de algo menos de 430.000 euros al año para el órgano comarcal.

Ese viernes que desde Gozón se fija clave para el futuro de la Mancomunidad tendrá lugar, según avanzó Artime ayer, un encuentro entre los dos regidores, del que debería salir una propuesta final para elevar al pleno de la Mancomunidad del Cabo Peñas. Este órgano carece aún de un presupuesto definido para el presente año, a la espera de que se conozca su futuro.

Las relaciones entre los ayuntamientos se han enfriado recientemente a causa de un secreto mantenido por Carreño hasta el último momento: Gozón, sin saberlo, ayuda a costear desde hace años una paga declarada ilegal por la Sindicatura de Cuentas del Principado de Asturias, la paga del Cristo de Candás. Fuentes del gobierno gozoniego aseguraron que la negociación entre los dos ayuntamientos para reformar el ente supramunicipal y hacerlo viable económicamente, está desde ese momento estancadas, a causa de las revelaciones sobre los emolumentos que perciben los trabajadores de la Mancomunidad.

En el plano económico, la revelación sobre el abono de esta extra, ha empujado a Gozón, encargado de llevar a cabo el proyecto de reestructuración económica del órgano comarcal, a modificar sus cuentas. «En el mejor de los casos eliminaremos ese abono y así podemos dejar de recortar de otro lado», señalan, pero advierten de que «no es serio llevar a cabo estas reformas conociendo cada día nuevos datos de los que no teníamos constancia».

Desde el gobierno gozoniego, Ramón Artime ha declinado dar detalles de su propuesta de recortes, porque según explicó «primero debe conocerla el Alcalde de Carreño», aunque todo parece indicar a que estarán centrados en la eliminación de servicios.

El plan afectará a entre tres y seis trabajadores, según las primeras estimaciones, y contempla la eliminación de la agencia de desarrollo local, que cuenta con tres trabajadores, así como el cargo político del vocal delegado, y del auxiliar de intervención. La gran duda a día de hoy es que sucederá con la oficina técnica de la Mancomunidad, con un arquitecto y un técnico agrícola cuyos salarios alcanzan los 100.000 euros. Por el momento, la Mancomunidad ya ha prescindido del cargo de secretaría, con un coste cercano a los 100.000 euros.