Luanco, Illán GARCÍA

José Antonio López Cuevas (Valdemora, Candamo, 1950) llegó al concejo de Gozón en 1973 para ser profesor en la escuela rural de Viodo. Seis años más tarde, Cuevas comenzó a trabajar de maestro en Luanco. Durante todo este tiempo, este profesor pasó 24 años como director del colegio de La Vallina. Desde junio de 2011, está retirado. Esta entrevista a José Antonio López Cuevas realizada en la plaza de la Villa de Luanco forma parte de la serie «Luanquinos» de LA NUEVA ESPAÑA, que intentar dar un repaso a la vida de la capital del concejo a través de sus vecinos.

-¿Cómo era el Luanco de primeros de los años ochenta?

-Sencillamente, familiar. Ibas a la librería, tomabas un café. La verdad, nos conocíamos todos. Ahora, también, pero es diferente.

-Sea más concreto?

-La playa, por ejemplo, era más pequeña y allí jugábamos todos. Hay que tener en cuenta que yo tenía 29 años, era un chaval. Los pueblos han de crecer racionalmente y, la verdad, la playa y el paseo están mejor ahora. Otra cuestión que me llamó la atención era el ocle tirado por las calles, era algo natural. Ese olor y el dinero que generó para los vecinos.

-Venía de Candamo, ¿le costó integrarse?.

-Desde el primer día estaba integrado. Siendo humilde y normal no tienes ningún problema. Luanco es como todos los sitios.

-Qué mejoraría del Luanco actual

-Sin duda, uno de los problemas que hay en Luanco es la falta de aparcamiento. Tampoco tiene un cine, por poner un ejemplo. Pero, ¿quién invierte hoy en día en actividades culturales? Por lo general, se vive bien en Luanco, quizá se peatonalizaran demasiadas calles en los últimos años.

-¿Por qué zona le gusta pasear?

-Por el paseo, por la zona de la playa. Y me gusta charlar con la gente.

-¿Qué nota diferente desde que llegó a Luanco hasta la actualidad?

-El excesivo cemento, la edificación. Fue exagerado, los pueblos deben de crecer ordenadamente, de manera racional.

-Ahora parece que el turismo es el principal sector del concejo

-Es lo que hay.

-Los vecinos afirman que en verano, Luanco apenas tiene dificultades. El problema está en el invierno. ¿Qué le sugiere?

-Se pueden plantear diversas cuestiones para hacer. Se pueden programar visitas guiadas al concejo, al Museo Marítimo de Asturias, al cabo Peñas y contactar con agencias. En ocasiones, se intenta y no se da. No hay dinero. Pero, la realidad es que en invierno los bares tienen tres y cuatro personas.

-¿Qué futuro tiene Luanco?

-Tenemos que ofertar mejor el potencial que tenemos en el concejo y en Luanco. La gastronomía, el Museo Marítimo, Peñas y por qué no, cosas nuevas. La salida de Luanco y de tantos otros pueblos es difícil. La mayoría de los chavales están todos fuera.