Seguimos con muy malas noticias en la actualidad municipal de Gozón. Y es que estos días, los peores augurios que se pronosticaban para la Mancomunidad del Cabo Peñas se están materializando. La pasada semana las derechas del Ayuntamiento (el gobierno del PP y el grupo de Foro), en un Pleno, firmaban el protocolo de muerte de dicho ente supramunicipal.

La cuestión es que cuando hablamos de la desaparición de este ente no hablamos de algo abstracto. Hablamos de unas cuantas cosas, y ninguna carece de importancia. Hablamos de la desaparición de puestos de trabajo, hablamos de la eliminación de servicios y hablamos también de hacer desaparecer una potencial herramienta que permitiría optimizar el gasto público que, si siempre es importante, en los tiempos que nos tocan vivir, es fundamental.

No olvidemos que esta mancomunidad que ahora matan es una mancomunidad de servicios. Y si Gozón no apuesta por tenerlos de forma mancomunada, desengañémonos, por sí solo, imposible. Nunca está de más recordar que este Ayuntamiento tiene un agujero que supera los doce millones de euros.

Con la aportación de Gozón a la mancomunidad de unos cuatrocientos mil euros, se dispone de una Agencia de Desarrollo Local, una Oficina de Gestión Urbanística, una Oficina de Normalización Llingüística, una Oficina de Consumo, una Oficina de Información Juvenil, además del médico deportivo, la archivera, servicios jurídicos y una piscina pública. Gracias esto a que muchos de estos servicios están subvencionados en un porcentaje muy alto, ya que al sumar la población de ambos municipios somos más de veinte mil habitantes. Subvención inexistente si no se llega a esta población. Es evidente que nuestro Ayuntamiento solo no puede tener estos servicios.

Cuando señalo el potencial que tiene la mancomunidad, me refiero al crecimiento por el que se debería estar trabajando, mancomunando otros servicios públicos esenciales, como la recogida de basuras y el servicio de aguas. Desde la izquierda no nos cabe la menor duda que abarataría el coste y podría perfectamente darse un excelente servicio a los ciudadanos.

Pero claro, esto sólo sería posible renunciado la derecha en general y el PP en particular a su afán de destruir lo público y en su apuesta por, o no tener servicios o privatizarlos, trabajando siempre para unos intereses particulares y no generales. También para esto serían necesarios otros políticos de altura, y no la mediocridad de estos que levantan el brazo en los plenos al dictado de un regidor que desde hace muchos años, cuando sin siquiera había problemas económicos, ya mostraba su odio a la mancomunidad y su interés en destruirla. Bendita fonoteca.