Luanco,

Braulio FERNÁNDEZ

Arroz con pollo a modo de primero, huevos al plato con salsa de tomate y unas natillas caseras. Ese es el menú que el cocinero Juan Manuel López enseñó a realizar a una treintena de familias gozoniegas. Coste de los dos platos y el postre por persona: 1,67 euros. Y no por barato, de menor calidad.

«Todo está hecho en casa, nada de precocinados», dice López, que ayer comenzó unos cursos que se extenderán durante dos meses en el Centro Agroalimentario de Luanco. Los destinatorios son todas aquellas familias que desde que empezó la crisis, y cada vez más, han acudido a Cáritas parroquial de Luanco en busca de ayuda, en pos de ese vale de comida que les permite tener algo digno que llevarse a la boca cada día.

Se trata de comer por algo menos de dos euros al día, pero hacerlo bien. «Hay familias que lo están pasando realmente mal, y uno de los modos de ayudar es ofrecer la posibilidad de alimentarse correctamente pero de una forma más económica», señala el Alcalde de Gozón, Ramón Artime. Estima que el coste al mes por persona puede reducirse de 120 euros a 85, según demuestra un estudio de la Universidad de Oviedo. El método consiste para ello en que «la gente sepa manejar los alimentos, prepararlos correctamente, y así alimentarse mejor y más barato», dice el edil.

El párroco de Luanco, Cipriano Díaz, sabe muy bien por la situación que pasan muchas familias del concejo, ya que Cáritas parroquial se encuentra desbordada, y aplaude la iniciativa. «Ya habíamos empezado a preparar estos cursos hace dos meses, entre el Ayuntamiento y Cáritas, y hemos podido dar cabida a las treinta personas que lo necesitan», señaló Díaz, quién como el Alcalde, quiso agradecer el apoyo de «los técnicos municipales que han trabajado en ello y seguirán haciéndolo, Cáritas, los servicios sociales, formación y empleo y la Fundación Alimerka».

«Pretendemos que la gente que lo está pasando mal, lo pase menos mal, que ahorre dinero, y que no compren alimentos precocinados, que por precio, a veces, son un recurso que no debe ser repetido», señala Artime.

«Son menús de un precio similar por poco más que el precio de un café», dice López, el cocinero que ha preparado los menús para todos los días de la semana y diferentes semanas que enseñará a preparar a padres y madres de familias con dificultades económicas para que optimicen sus recursos.

Eso sí, hace falta más atención por parte de lal ciudadanía hacia estas personas, como reclama el párroco Cipriano Díaz. Catorce personas acuden diariamente a por los vales de comida de Cáritas. «El dinero sale de las colectas mensuales, el primer domingo de cada mes, y en la actualidad sólo tenemos diez socios con domiciliación bancaria», explica. «Necesitamos más apoyo, ya que con la colecta no nos alcanza para dar de comer a toda esta gente», añade.

Desgraciadamente, la situación es tan grave que el párroco asegura que en ocasiones se ven obligados a decir que no. «No podemos atender a los transeúntes, porque no hay un duro en la caja», lamenta, viéndose imposibilitada Cáritas parroquial de Luanco a ejercer la caridad de la Iglesia católica con la abundancia que quisiera.