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Gozón

Malditos roedores de Susacasa

Los vecinos piden una solución urgente a una plaga de ratas que proviene de una casa en la que una mujer las cuidaba como si fueran animales domésticos

Una rata campando a sus anchas por la huerta de Noelia Molina y Daniel Tuñón. Ricardo Solís

Susacasa, Illán GARCÍA

Los vecinos de Susacasa se sienten indefensos. Las ratas que una mujer con aparente síndrome de Diógenes cuidaba como si fueran animales domésticos y a las que alimentaba, según los vecinos, han tomado las fincas anexas y más aún desde que su "dueña" ha abandonado el inmueble, cubierto de maleza. Los roedores se pasean por huertas, callejones y bardiales mientras los vecinos no paran de buscar una solución para poder vivir tranquilos. En octubre de 2012, una veintena de vecinos de Susacasa envió un escrito al Ayuntamiento alertando de una plaga de roedores y culebras que provenía de la vivienda de la "cuidadora" de las ratas.

Visto que el Consistorio hacía caso omiso a sus peticiones, los vecinos avisaron a la Guardia Civil y a la Policía Local para tomar medidas. Y de momento, todo sigue igual. "Me entrevisté también con el Alcalde el pasado mes de julio y seguimos así; peor, porque desde hace varios días el número de ratas es mayor, desde que se fue la vecina", afirma Noelia Molina, una de las afectadas. Minutos después de esta afirmación, una rata plagada de moscas paseaba junto a los semilleros de repollo y acelgas que Daniel Tuñón y Noelia Molina cultivan en su huerta. La pareja tiene además dos niños pequeños y por eso urge al Ayuntamiento "o a quien sea" que dé una solución inmediata antes de que haya que lamentar daños personales. Mari Luz Conde explicó que en la casa de su madre una rata llegó a pasear por el pasillo. "Hace poco que le dio un infarto a mi madre y con esto de las ratas está muy nerviosa", indicó Conde.

"Ayer -por el pasado miércoles- conté ocho ratas y algunas de ellas estaba sangrando, con sarna", describe Tuñón, que detalló además que los roedores se comen las patatas, las zanahorias y lo que pillan en su camino. "Acabaremos por matar las gallinas por si están infectadas", añadió Molina.

Los vecinos de la localidad de Susacasa insisten en que no pueden vivir en esta situación por mucho más tiempo. Por eso piden al Ayuntamiento que les atienda y desratice la zona, principalmente, por salud. "Ni yo ni mis hijos queremos vivir con miedo en nuestra propia casa", destacó Molina, que, por impotencia después de más de un año de lucha contra las ratas, no dudará en encomendarse al flautista de Hamelín con tal de que acabar con estos "repulsivos" animales.

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