El caballo que fue hallado moribundo el viernes por la mañana en una carretera de Salines (Bocines) y que tuvo que ser sacrificado debido a su gravedad, no sólo pasó la noche tirado en una cuneta a la espera de ser recogido, sino que también la mañana de ayer. Hasta por la tarde, Proygrasa, perteneciente a Cogersa y única empresa en la región encargada de la recogida y posterior tratamiento y eliminación de animales muertos, no se presentó en la parroquia para llevarse el cadáver.

Así acaba entonces el culebrón en el que se ha convertido la historia del animal cuya recogida se retrasó por una discusión entre Principado y Ayuntamiento. El animal fue localizado a las ocho y media de la mañana del viernes por la Policía Local y sacrificado por el servicio veterinario a la una y media de la tarde, tras realizar sin éxito las correspondientes gestiones para localizar al dueño y comprobar que el animal no poseía un microchip para su identificación. Finalmente, fue el Ayuntamiento de Gozón el que se hizo cargo del cadáver. La Policía Local busca ahora al dueño del animal.