Cuatro niños asturianos con diabetes tipo 1 menores de seis años ya no reciben la insulina que requiere su organismo para evitar el riesgo de una hipoglucemia mediante varios pinchazos diarios. En lugar de las múltiples dosis, a los pequeños se les suministra la insulina a través de una bomba de infusión continua. Este sistema que ha puesto en marcha en el Principado el equipo de endocrinología pediátrica del Hospital San Agustín "es un avance que da calidad de vida a los pacientes y que permite un mejor control de la enfermedad", señala Isolina Riaño, jefe del servicio de pediatría del centro sanitario avilesino.

La bomba que suministra la insulina de forma continua es un dispositivo del tamaño de un busca, un poco más pequeño que un teléfono móvil. Va unida al cuerpo a través de un catéter que se coloca en el tejido subcutáneo y se programa "de modo que el niño no tiene que pincharse durante tres días". En su interior tiene un compartimento para el recipiente de la insulina que se rellena como una jeringa. Se utiliza durante las 24 horas del día, excepto en el momento del baño; tampoco en la piscina ni en la playa, apunta la también pediatra Cristina Rodríguez Dehli. Ambas especialistas, junto a las enfermeras Ana Blanco y Begoña García integran el equipo del hospital San Agustín que desarrolla esta terapia que reproduce la secreción fisiológica de insulina por el páncreas.

Para medir la glucemia y posteriormente programar con la mayor precisión posible la bomba de insulina se utiliza otro aparato subcutáneo con forma de concha que el niño diabético lleva continuamente durante una semana.

Ambas herramientas de control y seguimiento de la diabetes infantil son susceptibles de ser utilizadas por otros niños asturianos aunque "no todos los pacientes se beneficiarán de la bomba de insulina", indica la doctora Riaño al señalar que en la comunidad autónoma existen 175 pacientes diabéticos menores de 15 años, "una de las prevalencias más bajas de toda España". De este número, aproximadamente el 30% corresponde al área sanitaria III, añade la pediatra que coordina un grupo que " presta una asistencia integral y una atención personalizada a los niños diabéticos de toda Asturias al tiempo que lleva a cabo una educación diabetológica con más acceso a las nuevas tecnologías", manifiesta Lidia Rodríguez, directora de Asistencia Sanitaria y Salud Pública del área sanitaria con cabecera en Avilés.

En este sentido, Isolina Riaño se refiere a la importancia que tiene la información en esta enfermedad crónica que exige, dice, controlar la alimentación, el ejercicio y la glucemia además de ponerse insulina". Por ello, el objetivo de los profesionales sanitarios es, resalta, "ofrecer educación para capacitar a los niños y así sean autónomos y participen de la vida de forma plena. La diabetes no tiene que limitarles a realizar nada", afirma quien dirige un equipo que también mantiene una estrecha relación con los pediatras y enfermeras de pediatría de los centros de atención primaria. "Es importante saber llevar al niño adecuadamente para que en caso de otras enfermedades no se descompense", concluyó la doctora Riaño, cuyo servicio también colabora con la Asociación de diabéticos.