Llevamos mas de una década para poner en valor uno de los tres primeros Bienes de Interés Cultural (BIC) declarados en Asturias, junto con la Fábrica de Gas de Oviedo y el Salto de Grandas de Salime, del Plan Nacional del Patrimonio Industrial.

Estamos hablando del Pozu Santa Bárbara de la Rebaldana de Turón y las perspectivas siguen siendo igual de halagüeñas que hace diez años.

Ya desde el principio los tramites fueron, cuando menos, extraños. El Plan Nacional del Patrimonio Industrial se desarrolla en cuatro fases: en principio hay que estudiar y confeccionar un catálogo selectivo de los bienes a proteger, declararlos Bien de Interés Cultural, redactar un Plan Director y por ultimo, intervenir en los bienes seleccionados. En el caso del Pozu Santa Bárbara se pasó de la primera fase a la tercera, teníamos el Inventario y el Plan Director valorado en siete millones de euros y nuestra Administración autonómica no lo tenia declarado BIC. Cuando por fin se declara la protección del Pozu el Gobierno Central incluye, en dos ejercicios presupuestarios, un millón de euros, o sea dos millones de euros que se convierten en uno distribuido en tres anualidades. Al final estamos hoy en esta situación, con un proyecto redactado en base a estas anualidades que parece no tener nada que ver con el Plan Director y con una nueva exigencia de «un plan de sostenibilidad» por parte del Ministerio de Cultura. ¿Qué significa esto?. ¿Será un plan de «apuntalamiento» de los edificios que se caen de puro abandono y que están en ruinas?

En Mieres somos diferentes. En Castrillón actuaron sobre el Pozu Arnau y después se declaro BIC. En Langreo se está rehabilitando el Pozu San Luis de La Nueva y se pidió la máxima protección que está en fase de tramitación. Ambos casos con contenidos para el futuro, algo que nos pide el Gobierno de Madrid ahora. Nosotros tenemos uno de los primeros Bienes de Interés Cultural de España que se cae, que está en ruinas y nuestras administraciones, inoperantes y sin interés, miran para otro lado.