La larga espera por el último tramo del Corredor del Aller ya ha terminado. La Consejería de Fomento, Ordenación del Territorio y Medio Ambiente abrirá hoy al tráfico el último tramo de la carretera, que conectará Corigos con Cabañaquinta. Finalizará así una actuación que empezó a mediados de 2006.

Este último tramo, con una extensión total de 5,8 kilómetros, sufrió varias paralizaciones a lo largo de los años, lo que hizo que se alargase mucho más de lo previsto, algo a lo que tampoco contribuyó su difícil orografía. Transcurre entre las vías del tren, que cubren en el concejo la línea ferroviaria Collanzo-Trubia, y el río Aller. Es por eso que, al poco de iniciar los trabajos, la Confederación Hidrográfica del Cantábrico ordenó su paralización para hacer cambios en el proyecto original. Las modificaciones se centraron en un tramo de la vía que pasa por los Estrullones y en las afueras de Cabañaquinta, donde el plan inicial se amplió con la construcción del falso túnel. Esta estructura ha sido la más complicada. Las voladuras para perforar el falso túnel empezaron hace dos años y los técnicos dieron los últimos remates a la construcción hace apenas un mes. Tiene una extensión de 300 metros y está integrado en el paisaje. Además, la tierra que resultó de la perforación se ha empleado en la construcción de taludes a lo largo de la carretera.

El falso túnel fue la estructura más complicada, pero no la única. En total, se han levantado nueve puentes a lo largo del recorrido para salvar el cauce fluvial y las vías de tren. En la capital allerana también se encuentra el paso más complejo de la obra: Un puente de una sola pieza construido con más de 150 toneladas de acero. La instalación del "gran puente" de Cabañaquinta despertó mucha expectación. Los trabajos se ejecutaron a media noche, para no interrumpir el tráfico, y consistieron en una aparatosa obra de montaje. Para colocar la estructura, de 60 metros de longitud, hicieron falta una plataforma construida específicamente para esta actuación, una grúa capaz de soportar 500 toneladas de peso y otra más pequeña con una capacidad de cien toneladas. Aún faltaban más de tres años para ver la obra finalizada.

En 2011, el Corredor encaró un nuevo obstáculo en su carrera. El Principado, en manos de Foro Asturias, dejó la obra del Corredor casi sin fondos. Los trabajos volvieron a coger ritmo en la primavera de 2012 y la actual Consejera de Fomento, la socialista Belén Fernández, se comprometió a terminar los trabajos a lo largo de 2013. Tampoco cumplió este plazo, alargándose el remate de las obras hasta este año. Este tramo ha costado 27,5 millones de euros con un sobrecoste de 1,5 millones. El viaje se reducirá de diez a cinco minutos.