Candás,

Braulio FERNÁNDEZ

Con la llegada de Ensidesa a mediados del siglo pasado, la actividad pesquera en Candás fue languideciendo, y, pareja a ella, lo hizo también la industria conservera, que llegó a contar en la villa con cerca de un centenar de fábricas. Con posterioridad a la década de los setenta sólo sobrevivieron en Candás tres fábricas de conservas: Albo, Remo, y Ortiz. La primera cerró en 2009, la segunda lo hará este año, y la tercera fue la primera en hacerlo, en 1982. Sin embargo, quedaba su recuerdo en forma de arquitectura urbana conservera e industrial en pleno centro de Candás. Hasta hace cuatro días, en que por falta de mantenimiento la estructura antaño afectada por la sal y los vapores de agua se vino abajo.

La empresa fue fundada en la localidad vizcaína de Ondárroa en 1891, llegando a Candás en 1930. Es en el mes de mayo de ese año cuando figura su alta de inscripción en la contribución industrial de Carreño como fábrica de conservas de pescado, ocupando una pequeña bodega emplazada en la falda del monte Fuxa. No sería ése el emplazamiento definitivo de la empresa, que en 1946 se mudó al solar que hoy se conoce.

El proyecto del edificio fue obra del arquitecto gijonés Mariano Marín de la Viña, y, con él, José Ortiz levantó una fábrica en el lugar hasta entonces ocupado por la casona solariega de los Menéndez Valdés y Tabaza. Se creó así un moderno edificio destinado a la fábrica de conservas en el que el arquitecto, bastante veterano, insertó recursos ornamentales de estilo Art Decó. Son precisamente estos recursos decorativos los que otorgan más personalidad al edificio. Si bien la corriente prácticamente desapareció a finales de los años 30, la veteranía del arquitecto influyó en su inclusión en el nuevo edificio de Ortiz, que alberga elementos simétricos de temática marinera, como peces y embarcaciones, propios del Decó.

Las principales especies que fueron objeto de su elaboración en Ortiz fueron el bocarte, el bonito y el chicharro, en sus respectivas especialidades, principalmente bonito y chicharro en escabeche. A finales de los 50 un informe reveló que la fábrica producía en torno a 300.000 kilos de pescado, mientras que alcanzaba los 60 empleados en épocas de costera. Eran, cómo no, casi todo mujeres, bajo la dirección de José Iriondo Arechaga, el encargado de la planta, cuya familia vive aún hoy en Candás.

En 1982 Ortiz cesó su actividad en la villa. Su privilegiada ubicación convirtió a la fábrica en objeto de deseo del Ayuntamiento, que se empeñó en su expropiación. Dos años y medio después de que llegara ese momento, la fábrica del Decó y el escabeche se vino abajo, en un mal momento para la historia de la conserva local.