Candás,

Braulio FERNÁNDEZ

Hace menos de un mes que el temporal de lluvia que azotó el norte de España resquebrajó la ladera de la cala de Rebolleres y sepultó con su tierra la playa situada al pie del acantilado. El lugar permanece inalterado desde entonces, lo que ha movido a la asociación de vecinos de Candás a pedir formalmente a las administraciones que actúen para recuperar el arenal y su entorno.

El problema, según denuncian, es que «ahí no se ha tocado nada y, aunque el acceso está enterrado, hay gente que sigue accediendo al arenal», explica el presidente de la asociación de vecinos, Luis Fernández. La situación se ha tornado peligrosa, según los vecinos. El problema comienza por la decisión del Ayuntamiento de no precintar la zona. «No solo la tierra impide un acceso normal a la cala sino que las escaleras están, en algunos casos, sepultadas y, en otros, levantadas e, incluso, desprendiéndose, y sin que exista ninguna restricción de acceso», explica Fernández.

Para evitar que se produzca un accidente, la asociación vecinal solicita al Ayuntamiento y al Principado que actúen en Rebolleres «de forma prioritaria». También han reclamado información sobre las obras que se tiene pensado desarrollar en el lugar, aunque de forma inmediata piden que se «vete el acceso libre o, al menos, se indique adecuadamente su peligrosidad».

La situación es delicada en Rebolleres a causa del importante argayo que ha provocado que buena parte del acceso se encuentre bajo la tierra, la cual se ha extendido hasta la playa, sepultando incluso parte del solarium situado sobre la arena y la grava. De hecho, «en los últimos días se han producido pequeños movimientos y la zona hormigonada ha bajado un poco más», manifiesta Luis Fernández.

Lo más sangrante, a juicio de la asociación de vecinos, que luchó durante años por lograr la recuperación del lugar para el baño, es que las obras de remodelación y adecuación de la cala de Rebolleres como playa finalizaron tan solo hace un año. Después de varios meses de trabajos para crear un acceso peatonal al espacio costero de arena y grijo situado en la vertiente norte del cabo de San Antonio, la Demarcación de costas procedió a la instalación de un solarium de madera sobre una zona de roca para uso de los bañistas, lo que se convirtió en la actuación estrella de las obras.

Se había conseguido recuperar una vieja cala que, a lo largo de buena parte del siglo XX, ya había tenido ese uso, antes de convertirse en un vertedero y acumular casetas a pie de playa. Sin mucho ruido y a tiempo para el verano de 2009, se había puesto a punto la playa de Rebolleres. Apenas un año después, todo lo que hecho se ha visto arruinado por el desprendimiento.

El objeto de las obras había sido recuperar un espacio que en los últimos años había quedado muy degradado ambientalmente y convertirlo en una playa más de la villa. Los vecinos acogieron bien la iniciativa y en los primeros días del pasado verano ya se había dado uso al espacio para el baño. Ahora, la asociación de vecinos de Candás espera que quizá el año que viene esa escena pueda volver a repetirse. Este verano no podrá ser.