La Plaza (Teverga),

L. VALDÉS

«Salvar la colegiata». Éste es el objetivo del medio centenar de vecinos que se manifestó ayer en el entorno de la colegiata de San Pedro de Teverga para denunciar el deterioro en que se encuentra el principal edificio histórico y cultural del concejo y el abandono que sufre por parte de las instituciones. La convocatoria estuvo liderada por Tebrigam Diligentes (foro en defensa de la dignidad del hombre y del patrimonio histórico-artístico) y por la Asociación de Hosteleros y Turismo Rural de Teverga (Arte).

Durante la protesta, los convocantes quisieron elevar sus críticas ante las autoridades regionales, nacionales y eclesiásticas por lo que consideran una clara situación de «abandono y desidia» para con el edificio, una pieza clave para entender y visualizar el paso de la arquitectura prerrománica a la románica.

«Nuestro deseo es que se tomen, de manera urgente, las medidas necesarias para la restauración de un templo declarado monumento nacional. Nuestra colegiata es un edificio único en el arte románico, de indudable valor histórico y cultural, con casi mil años de historia, y un lugar lleno de recuerdos y de una gran carga sentimental», afirmó el cronista oficial del concejo, Celso Peyroux, colaborador de LA NUEVA ESPAÑA y uno de los promotores de la concentración.

Peyroux añadió: «Acudimos ante las autoridades con la voz de una multitud que reclama un derecho recogido en la Constitución en el artículo 46: "Los poderes públicos garantizarán la conservación del patrimonio cultural"». El resto de asistentes aplaudió sus palabras y firmó el escrito por el que se adhiere a esta petición para salvar el templo.

El mal estado de la colegiata se plasma, como describen con enfado los vecinos y colectivos del concejo, en tejas caídas, techos hundidos, grietas y goteras. Tanto el Ayuntamiento como el Principado han admitido el deterioro de una de las joyas románicas de Asturias. De hecho, hasta el Ministerio de Vivienda concedió una subvención de 700.000 euros para actuar en el claustro, la sacristía y la techumbre. Sin embargo, esta subvención fue retirada y el Ayuntamiento se quedó sin fondos para actuar.

A la espera de una nueva partida, los teverganos no piensan quedarse de brazos cruzados, la conservación de su patrimonio está en juego.