Candás,

Braulio FERNÁNDEZ

«Yo soy de las que ven el vaso medio lleno». A María Area, conocida en Candás tanto por sus largas carreras en el polideportivo como por su perenne sonrisa, le diagnosticaron a los 38 años una enfermedad en la columna vertebral que, en teoría, le iba a postrar en una silla de ruedas a medio plazo. «Al principio me impresioné», confiesa María, que en seguida recibió el consejo de que realizase ejercicio físico para retrasar tan terrible momento. Dicho y hecho. Tan hecho que veinticinco años después esta candasina nacida en Luanco no sólo ha evitado la silla de ruedas, sino que acumula 54 títulos nacionales de atletismo para veteranos y el próximo 7 de marzo acudirá a Madrid a explicar a las mujeres españolas su ejemplo de superación.

«Una persona me dijo entonces: si el día tiene 24 horas, duerme 2 y entrena 22; y aquel comentario no cayó en saco roto», apunta María sin perder la sonrisa. Desde aquella noticia, la campeona se pasa buena parte del día practicando disciplinas atléticas «por prescripción médica». Y no es que no disfrute con ello. De hecho, le apasiona. «En Las Mestas de Gijón, donde también entreno, me dicen que a mí habría que cobrarme por entrenar, por lo mucho que me gusta», explica.

Tal ha sido la constancia de esta mujer que su cuerpo está preparado para competiciones de alto nivel en lo que respecta a categorías de veteranos. A lo largo de su carrera ha cosechado nada menos que 54 campeonatos de España en diferentes disciplinas atléticas, posee 28 récords nacionales, ha obtenido una medalla de bronce en unos campeonatos del mundo en 60 metros lisos, otra medalla del mismo metal en pentatlón y un cuarto puesto mundial en los 200 metros. Y dice que no ha alcanzado su techo.

«Hay gente en el mundo que compite hasta con 100 años, aunque yo, por lo pronto, miro hacia lo más cercano: tengo 63 años y dentro de dos competiré en una categoría nueva, de los 65 a los 70, donde hay una cantidad inmensa de récords por batir», asegura. De hecho, se fija en los que como ella no se amedrentan por el paso del tiempo: «Hay gente de 85 años haciendo salto de altura; ver a una persona de esa edad despegarse del suelo es algo increíble, a la vez que maravilloso».

No sólo de atletismo vive María Area. A lo largo de la vida ha obtenido el cinturón negro de kárate y ha practicado aeróbic o gimnasia, por lo que no duda en aclarar que «el polideportivo se ha convertido en mi hospital, con el que he conseguido retrasar los signos de la edad y de la enfermedad». Huelga decir que María Area hace tiempo que no sabe lo que es un simple constipado. Como es humana, a veces le invade la pereza, contra la que también tiene antídoto: «Cuando tengo el ánimo bajo y no me apetece hacer ningún deporte, me acuerdo de la silla de ruedas. Y salgo corriendo».

Ahora le ha llegado la ocasión de contar al país su historia, con el ánimo de que su ejemplo pueda alentar a otras personas. Será en su alocución del 7 de marzo en Madrid, en el Palacio de Congresos, durante un simposio sobre la situación de la mujer. Un acto que no le pone nerviosa, porque, al fin y al cabo, como ella dice, «se trata de hablar de algo que me sé de memoria: mi vida». El objetivo de todas esas intervenciones es motivar a las participantes, todas ellas asociadas en movimientos de mujeres y de personas mayores, a que practiquen estilos de vida saludables para mantenerse en forma, evitar en lo posible dedicarse en exclusiva a las familias y a los cuidados de los demás, y poder así realizar proyectos personales y de participación social.

En la trama descrita por Oscar Wilde en su famosa obra «El retrato de Dorian Gray» el protagonista se mantiene joven mientras su retrato enferma y envejece. María Area, a base de sacrificio y buen humor, ha conseguido permanecer joven y dejar atrás el feo cuadro que los médicos le pintaron hace 25 años.