En la saga de la Fundación, de Isaac Asimov, un psicohistoriador, Hari Seldon, creaba dos fundaciones, una a cada extremo de la galaxia, para minimizar los efectos de un próximo colapso del Imperio Galáctico. En la primera novela, «Fundación», Asimov relata el desarrollo de una de estas dos fundaciones, ubicada en Términus y formada por científicos, desde su gestación hasta su primer esplendor como centro comercial. En el libro, a medida que la Fundación iba adquiriendo poder se tenía que enfrentar a unas crisis periódicas. De hecho, estas «crisis Seldon», como las llamaban los propios habitantes de Términus, eran necesarias para que la Fundación lograse su cometido de reemplazar, a largo plazo, al Imperio. Siero también sufre unas crisis periódicas, pero no parece que el concejo saque ningún beneficio de ellas. Sólo parecen servir para confirmar que el cuarto concejo, extrapolando una teoría de Ortega sobre la historia de España, sufre un prolongado proceso de decadencia del que no logra escapar.