"Al principio me mostré bastante reticente para que se celebrase este evento. Pero hoy os tengo que dar las gracias por este regalo inmerecido".

No todos los días se cumplen 50 años de sacerdocio y, en el caso del párroco de San Félix de Candás, José Manuel García, sus feligreses quisieron celebrarlo por todo lo alto, como creen que se merece el querido cura, poco dado a este tipo de actos como él mismo reconoce.

Una misa muy emotiva abrió los actos, que acabaron con una comida en el Hotel Carmen que congregó a más de doscientas personas que quisieron acompañar al párroco en un día tan especial. José Manuel García nació en Miranda (Avilés) y ha realizado labores pastorales en distintos pueblos de Asturias. Pero desde hace ya dieciocho años es el encargado de dirigir la iglesia de San Félix de Candás.

La encargada de organizar este homenaje fue María Teresa Álvarez. La escritora y periodista candasina quiso que fuera un acto cercano y cálido y, a juzgar por los comentarios de los asistentes, lo consiguió.

Una iglesia llena hasta los topes acogió con emoción al homenajeado. María Teresa Álvarez fue la encargada de comenzar con un discurso dirigido a José Manuel García. "Quiero dar las gracias a nuestro párroco que ha estado durante dieciocho años guiando a los feligreses de Candás. Por eso vi necesario que hoy todos nos juntásemos para valorar su trabajo y poder celebrar con él estas bodas de oro cristianas. Siempre me he sentido muy agradecida hacia su persona, por eso, aunque al principio nos costase convencerle, me alegro de que se esté celebrando esta misa en su nombre", dijo la periodista.

Confianza recuperada

García también dirigió unas palabras a sus parroquianos. "Llevaba tiempo sin tener confianza y gracias a esto la he vuelto a recuperar. Tengo que dar gracias también a todos los vecinos de Candás que me han enseñado a cantar. Uno de mis grandes complejos era el no saber cantar y gracias a vosotros ahora sí puedo decir que soy capaz de entonar. Candás tiene algo especial con la música, pero con la fe también. Tengo que dar las gracias también a mi familia que me ha apoyado y mimado durante estos años, pero sin duda tengo que acordarme de Dios, que me ha guiado en este camino", expresó el párroco.

Tras finalizar la misa, los feligreses se dirigieron al Hotel Carmen para celebrar la comida. Antes de comenzar, el homenajeado quiso dar las gracias por los alimentos en latín. Con los postres llegaron los regalos y las palabras. Una bendición papal y una placa conmemorativa fueron los dos detalles que los feligreses entregaron a José Manuel García, quien recibió cariñosas palabras de sus "fans" más jóvenes: un grupo de niños intervino y le describió como una "persona buena y humilde".