La identidad de grupo, el feminismo, la violencia de género, el amor y la idea de que no hay nadie completamente bueno son algunos de los temas que toca la novela "El club de los suicidas", de la praviana Jennifer Castro Tamargo. Se trata del primer libro publicado para esta joven escritora nacida en Peñaullán, pese a que desde que tiene uso de razón se ha pasado la vida escribiendo historias. "En la novela muestro la realidad de las personas, no hay nadie perfecto, ni si quiera la protagonista, que es egoísta y en sus relaciones sentimentales acaba siendo cruel", explica la autora, que presentará el título en la biblioteca Antón de la Braña el día 26, a las ocho de la tarde.

"El club de los suicidas" narra la historia de una joven que se ve involucrada en la desaparición de varias personas que estaban integradas en una secta, camuflada como grupo de apoyo. "Desaparece y deja detrás un montón de cadáveres", detalla Castro. En su búsqueda de los porqués, se desplaza a Alemania, donde termina metida "en un lío de los gordos y donde también hay una historia de amor de por medio".

Una historia donde la joven escritora refleja los problemas actuales de los jóvenes, como la necesidad de pertenencia a un grupo, que en muchas ocasiones termina fagocitando a las personas, el machismo y la violencia de género o la pérdida de la comunicación. "Comunicarnos es lo esencial, pero se está perdiendo y nos estamos atontando", comenta.

Y es que, para la escritora, la novela es su respuesta a la sociedad tras abrir los ojos a la realidad. El libro lo escribió durante los dos últimos años, en los ratos libres que le dejaron los múltiples trabajos que realiza, desde dependienta a florista, aunque desde el pasado mes de septiembre dirige un centro de apoyo pedagógico en Pravia. Así, poco a poco y con mucho esfuerzo, ha conseguido cumplir el sueño de dedicarse a su profesión.

La joven decidió sacar al mercado su novela pese al pudor de abrir su imaginación al público. "Me costó decidirme porque me cuesta abrirme a los demás", reconoce. Con la decisión tomada, eligió "El club de los suicidas" entre las decenas de textos, relatos e historias que almacena en su ordenador. Publicó mediante el sistema de "crowfounding" o micromecenazgo. "Después de tres meses, cuando ya pensaba que no salía, me llamó una editorial y puso el dinero", explica. Ahora el título está disponible en varias plataformas virtuales y en una librería de la villa praviana. "Todavía no me lo creo", manifiesta.

Los que la conocen sabían que algún día cumpliría su sueño de publicar sus obras. "Desde pequeña creaba cosas literarias, lo mismo hacía un periódico que escribía una historia, siempre fue mi manera de expresarme", comenta. Una manera, también, de evadirse y disfrutar de sí misma en soledad y con música indie-rock de fondo. "Me inspira mucho; también la clásica".