La lucha continúa para Isaac Crespo, el octogenario vecino de Seloriu que se niega a firmar la expropiación forzosa de dos fincas de su propiedad para completar el saneamiento de Seloriu, postura por la que fue detenido en mayo de 2014. La Junta de Saneamiento, órgano adscrito a la Consejería de Infraestructuras, volvió a citar ayer al vecino maliayés para efectuar la ocupación de los terrenos, aunque finalmente nadie se presentó. "Por mucho que insistan no voy a cambiar de postura", advierte el afectado.

Los intentos del Principado por reactivar las obras de saneamiento de las localidades de Seloriu, Carda, Tornón y Miravalles parecen haber dado en hueso de nuevo en el primero de los pueblos, pues Isaac Crespo sigue en sus trece. Sólo cambiará de parecer, afirma, "si cambian el trazado como pedí sin que me hicieran caso", sostiene respecto a un proyecto alternativo en el que reclamó que los colectores pasasen junto a la carretera en vez de por el medio de sus terrenos.

Un cisma que el abogado de Crespo asegura que se trató de reconducir sin éxito. "Les ofrecimos buscar un acuerdo y anunciaron que replantearían el trazado, pero a día de hoy no tenemos conocimiento de que cambiasen su planteamiento", asegura Emilio Ceñal.

El octogenario maliayés fue detenido por la Guardia Civil en mayo de 2014 y llevado a declarar por un delito de desobediencia grave a la autoridad, del que resultaría absuelto a finales del mismo año. Unos hechos que provocaron un revuelo importante y que hicieron que el afectado recibiese muchos apoyos, lo que derivó finalmente en la paralización de las obras.

Ahora, casi dos años después sin novedades, Crespo fue llamado de nuevo. "Habíamos dejado el tema parado al ver que no había movimientos", declara el abogado del vecino Emilio Ceñal, mientras su defendido clama contra el plantón. "Esto es una gran falta de seriedad", declaró tras acudir puntualmente a las sendas citaciones correspondientes a sus dos terrenos afectados por el saneamiento, cuya cancelación fue advertida por un trabajador público. "No sabemos los motivos, pero se suspende", dijo desde su furgoneta el operario, dejando con las ganas a Crespo: "Si no atienden mis alegaciones me negaré mil veces si hace falta".