Un fin de fiesta a lo burro. Eso es lo que celebraron ayer los vecinos de Collao gracias a un espectáculo que mezcla tradición y entrega por parte de ocho jinetes que no dudaron en subirse a lomos de un asno para protagonizar una alocada carrera que sirvió para despedir cuatro días de celebraciones en honor de San Cristóbal.

La prueba constó de cuatro partes en las que el único ganador fue el público, pues los participantes se las vieron y desearon para únicamente terminar la carrera. Sin ir más lejos, el ganador de la última manga, el sierense Manuel Ángel Iglesias, se incorporó tarde a las pruebas al llegar tarde a la salida, pero en las últimas mangas demostró que su burro, "Faraón", era el más rápido.

Previamente, Maverick Alonso y su asno "Pintu" se imponían en una primera fase en la que además de la forma del animal se puso a prueba la capacidad para engullir de los jinetes. Alonso, vecino de Lieres, fue el más hábil a la hora de engullir un pastel milhojas y beber sin manos un refresco en la parada obligada de las dos primeras vueltas al recorrido de 355 metros establecido en el prau de la fiesta. Luego llegaría la prueba de disfraces, en la que cada participante desfiló a pie con atuendos un tanto desangelados en los que el travestismo de los varones y la repetida apuesta de la única fémina, Mireya Alonso, por Espinete fue lo más destacable, así como el baile flamenco que protagonizó Juan Hernández para deleite de los presentes.

Entre salidas de pista, algún burro que se negaba a avanzar y otros que daban vueltas en redondo sin saber dónde estaba la meta, los participantes vivieron un calvario aliñado por pruebas como meter la cabeza en un caldero cargado de agua para coger un plátano con la boca o explotar globos cargados de harina con un alfiler en plena cara que les puso a todos perdidos.

Varios ingredientes hicieron posible que por trigésimo sexto año Collado disfrutara de una tradición a la que contribuye decisivamente Melchor Fernández, vecino de la localidad lavianesa de Tolivia y propietario de siete de los ocho asnos que tomaron la salida. "Tratamos de ayudar a que no se pierda la tradición y encima nos lo pasamos muy bien", señala Fernández, que actualmente cuenta con una docena de estos animales.