Lugones quiere recuperar el esplendor de uno de sus elementos patrimoniales más emblemáticos. Vecinos y paseantes denunciaron ayer el estado de abandono que presenta el conocido como el Puente Vieyu del río Nora, cuyos pillastres, paredes y entorno están tomados por el color verde de grandes árboles y otros tipos de vegetación que impiden disfrutar a la vista de las mejoras realizadas antaño en la construcción.

Este elemento patrimonial que data del siglo XV fue objeto de una importante restauración a mediados de los noventa y en la década pasada se benefició de algunas mejoras, como la colocación de iluminación. Esta última actuación tuvo lugar en 2008 y vino acompañada de una limpieza a fondo del cauce del río y del entorno del propio puente. Sin embargo, desde entonces no se llevaron a cabo labores de mantenimiento de calado, lo que provocó que la vegetación fuese ganando terreno de nuevo al agua.

Ante tal situación, los lugareños reclaman que se actúe de manera urgente. La llegada del invierno y con ello las fuertes precipitaciones es argumento mayor si cabe para que la Confederación Hidrográfica del Cantábrico tome cartas en el asunto. "Hay árboles que bloquean los ojos del puente y en caso de riada eso puede tener consecuencias negativas", señala un vecino que suele frecuentar la zona.

Sin embargo, las consecuencias van más allá y provocan también que muchos visitantes y curiosos que se desplazan hasta la zona para conocer el puente no puedan disfrutarlo como debería ante la dificultad que entraña el simple hecho de verlo tras las hojas. "Más de la mitad del puente ya no puede verse desde aquí", sostienen unos habitantes de Lugones que para demostrar los efectos del abandono comparan la imagen actual con otras del pasado.

Si bien el mantenimiento de los ríos parece haberse convertido en algo secundario desde el inicio de la crisis, curiosamente allá por el año 2008, son muchos los que creen que no debe de descuidarse un elemento que aporta valor añadido a una zona muy frecuentada por los senderistas y que también suele verse golpeada por los efectos de los malos olores y la contaminación. "No debe de ser muy costoso mantener una mínima limpieza", destaca Dolores Recio, que con frecuencia suele realizar paseos por el entorno del río Nora a la altura de Lugones.

Prueba de la importancia de este puente para los vecinos es también el hecho de que el mismo contará con un apartado especial en la muestra que organiza el Grupo Folclórico Principado el próximo mes de noviembre, en la que, además de otros puntos emblemáticos de la localidad, el historiador Pedro Paniagua repasará la evolución del puente en las últimas décadas.