El informe que dictaminará si los decibelios del reloj de la iglesia superan o no la normativa de ruidos aún está pendiente de ser notificado dos meses después de que el Ayuntamiento realizara las pertinentes mediciones para comprobar si la melodía del "Cristo de Candás" tiene un volumen más alto de lo debido. Una polémica que surgió tras la denuncia de un vecino que habita a unos cincuenta metros del templo de San Félix.
Aquel día 11 de agosto, fecha en la que se realizaron las mediciones, el denunciante impidió que los trabajadores municipales pudieran analizar el impacto del ruido en el interior de su vivienda, según destacaron fuentes municipales. Fue entonces cuando los empleados públicos tuvieron que conformarse con medir los decibelios en plena calle. Ante esta tesitura, cabría la posibilidad de que el informe quedara cojo, teniendo en cuenta que para ser efectivo debería realizarse en el interior de la casa del afectado.
El denunciante, que prefiere permanecer en el anonimato, está dispuesto a elevar el caso a Medio Ambiente con el fin de que la popular melodía le deje descansar por las noches. Es más, solicita que la canción del "Cristo de Candás" sea "eliminada" durante las noches. Su denuncia ha puesto a la mayoría de los candasinos en su contra. Es más, una recogida de firmas realizada durante poco más de un mes consiguió reunir casi 1.500 rúbricas en establecimientos de la capital del concejo. Conchita Muñiz, impulsora de la recogida de firmas, destacó hace semanas que si la campaña hubiera continuado, el número de rúbricas habría aumentado considerablemente "porque todo el pueblo está de acuerdo con que se mantenga la melodía del Cristo".
El sonido es "desquiciante", describe el denunciante. Los defensores de la melodía afirman que esta suena en el templo de San Félix desde los años cincuenta y que, además, el Cristo de Candás y su reconocible sonido forman parte de la idiosincrasia de la capital del concejo.
