Sandra Ibarra preside la fundación que lleva su nombre y que lucha contra el cáncer. Estará en Sariego mañana en la Espicha Solidaria frente al Cáncer en el llagar Trabanco. "Poder convertir un producto tan típico asturiano en solidario es una satisfacción. Y la recaudación siempre es buena", afirma la ex modelo.

- Este año los fondos se destinarán a la Escuela de Supervivientes.

-Sí. Es un proyecto que ya ha salido a la calle y estamos muy ilusionados y emocionados con la idea de hablar de supervivientes de cáncer, convertir en noticia a las personas que se curan de cáncer, frente a las que fallecen, e identificar todas las necesidades posteriores. Deja muchas secuelas y hay que adquirir hábitos saludables.

- Usted ha sido uno de esos supervivientes.

-Yo lo que quiero es que no le pase a más mujeres ni hombres lo que me pasó a mí. Ha habido muchos avances. Cuando tuve leucemia hace veinte años fui la única de la planta que sobrevivió. Y ahora estamos hablando de un registro de supervivientes. No me imaginaba que podría llegar hasta aquí. El cáncer era sinónimo de muerte, y ahora hablamos de vida y de esperanza.

- Sobrevivir al cáncer cambia la vida.

-Sí. Como cualquier adversidad que tengas, tienes que decidir qué hacer con ello. Yo decidí aprovechar, ver que cada día es una pequeña vida, y tener tus razones para ser feliz todos los días. Cuesta mucho, pero hay que trabajar el músculo del optimismo. A mí me tocó tener cáncer, pero yo decidí ser la protagonista de mi vida.