Lugones está de récord, pero de los negativos. Y es que la localidad sierense ha arrojado las peores cifras de la región en lo que a contaminación se refiere. Desde hace más de una semana se vienen produciendo continuos picos de más de 100 microgramos por metro cúbico de aire en los niveles de PM10 -pequeñas partículas sólidas o líquidas de polvo, hollín, metales, cemento o polen dispersas por la atmósfera y con un diámetro menor a los 10 micrómetros-, un fenómeno al que los ecologistas no encuentran respuesta. Descartan que la fuente de estas alteraciones sea el tráfico, y apuntan, como hipótesis más verosímil, que estos incrementos se deban a partículas que son llevadas por las corrientes de aire hasta Lugones.

"El caso de los picos de contaminación en Lugones es difícil de explicar. No puede tratarse del tráfico porque no hay incremento en óxido de nitrógeno, que es un factor asociado; tampoco se debe a agentes meteorológicos, ya que en los últimos días ha habido lluvia y en el resto de la región no se han percibido incrementos de partículas; tampoco hay en la zona industrias excesivamente contaminantes como para que se produzcan estas cifras. Es difícil de explicar", desgrana Fructuoso Pontigo, portavoz de la Coordinadora Ecoloxista d' Asturies, quien advierte de que estos incrementos en los valores de PM10 "no son excesivamente peligrosos, pero sí son preocupantes".

La hipótesis más verosímil que manejan los ecologistas para dar respuesta a este fenómeno es que sean las corrientes de aire las que lleven las partículas a Lugones. "La ubicación de la estación medidora, que han escondido en el entorno del IES Astures, se encuentra en un alto. Esto hace que no mida la plenitud de la contaminación de la localidad, pero también que pueda verse expuesta a corrientes de aire", baraja Pontigo.

Si esta fuese, efectivamente, la respuesta a este interrogante, ahora los ecologistas quieren despejar otra incógnita: "¿De dónde viene la contaminación?". Sin duda, para Pontigo la clave la tienen el Principado y el Ayuntamiento. "Si pudiésemos acceder a los datos de las estaciones medidoras privadas quizás se pudiese seguir el rastro de esas partículas y, quizás, ponerle solución", expresa el ecologista, quien apunta a que los vientos que llegan a la zona centro en esta época del año lo suelen hacer desde el Norte. Por ello, no sería descabellado señalar Gijón o Avilés como posibles fuentes de la polución.

En cuanto al estudio para valorar la calidad del aire de Lugones, encargado por el Ayuntamiento, y finalizado hace semanas, se encuentra actualmente en fase de análisis por los ténicos municipales. Pontigo cree que también puede arrojar luz al asunto: "A ver qué dicen los expertos, y a ver si saben de dónde viene la contaminación. El problema es que de estos problemas nadie quiere saber nada".