Lugones ahuyentó a los malos espíritus y tendrá un año de éxitos y mucho trabajo. Será gracias a la celebración, ayer, de la fiesta de Año Nuevo chino, que organizó en la localidad la comunidad del país en Asturias. La ceremonia de entrada al año del perro de tierra generó gran expectación y reunió a centenares de personas que siguieron con atención el desarrollo de la gala, en la que hubo diferentes actuaciones y un desfile por la avenida de Oviedo. “Es un gran día para dar a conocer nuestra cultura”, aseguraban los orientales, “muy agradecidos” por la acogida.

“Estamos muy orgullosos. Es la primera vez que celebramos el Año Nuevo en Asturias y los chinos estamos muy contentos de estar aquí unidos. También de que la gente conozca nuestra cultura y, si quieren, nos hagan preguntas sobre nuestras tradiciones”, aseguró Chun Xiao Ji, nacida en el gigante asiático aunque criada en Gijón. “Estoy muy agradecida a todo el mundo, que me ha acogido siempre muy bien”, agregó.

No se sabe si fueron muchos los españoles que preguntaron sus dudas sobre la cultura china, pero desde luego, lo que sí quedó claro es que la tradición asiática genera curiosidad entre los asturianos. “Pocos de los que estamos aquí tendremos la oportunidad de vivir una fiesta de Año Nuevo allí, en China; así que ésta es una gran opción para ver cómo es”, afirmó Asunción Muñiz, una de los cientos de personas que se arremolinaban en la avenida de Oviedo para ver el paso de la comitiva.

Niños y expertos en artes marciales desfilaron por una travesía ambientada con farolillos, en una comitiva en la que los leones y dragones orientales coparon la atención. “Cuando interpretamos el baile del león, las dos personas que estamos dentro de la figura tenemos que ser uno. Sincronizar nuestros pasos y movernos como lo haría el animal. Al máximo detalle._Por ejemplo, si estás cansado abres los codos para simular la respiración profunda del felino. Hay que meterse en el papel”, explicaron Gonzalo Morís y Álvaro Méndez, dos adolescentes de Gijón, estudiantes de la academia Hablachino, que ayer encarnaron, “con responsabilidad”, el papel de león durante el desfile.

Según la cultura china, en la fiesta de la primavera, como también es conocida la celebración, además de realizar un desfile con animales mitológicos también es tradición estrenar ropa, lucir prendas de color rojo y comer platos típicos, como las Jiaozi, “una especie de empanadillas”. Con todo ello se pretende alejar a los malos espíritus para gozar de un año de éxitos. Lo que no lograron ahuyentar ayer fue a la lluvia, que se sumó a la fiesta a mitad de tarde.

Pese a que las precipitaciones hicieron que parte del público, sobre todo el que disfrutaba de la fiesta desde la avenida de Oviedo, se fuese, hubo muchos a los que ni el agua les impidió disfrutar del día._“Es una fiesta y cultura que siempre me llamó la atención. Hace diez años estuvo en China, y hoy no me quise perder esto”, expresó Rosi Arribas, natural de Trubia, quien siguió de cerca los festejos con su nieta:_“Ella también está encantada”.

Llegada desde Madrid “para visitar a amigos”, Hai Yan Lin no perdió detalle de la gala celebrada en el parking de “DecoAstur”. “La fiesta está saliendo genial. Estamos muy contentos de dar a conocer nuestra cultura”, enfatizó Lin, quien como sus compatriotas, ayer ayudó a que la sociedad china y la asturiana estrechen lazos.