Campomanes (Lena),

J. A. ORDÓÑEZ

Todas las instalaciones de seguridad y circulación de la variante de Pajares dependerán directamente de los centros de control de la línea de AVE entre Madrid y Gijón, a la que pertenecen los dos grandes pasos subterráneos la Cordillera. Su ubicación concreta todavía es una incógnita, aunque el Administrador de Infraestructuras (Adif) ha decidido levantar uno provisional en Valladolid a partir de la llegada de la Alta Velocidad a la capital pucelana.

Sin embargo, y pese a que el delegado del Gobierno en Castilla y León, Miguel Alejo, ha asegurado que el centro de control definitivo se instalará en León, fuentes del Adif confirmaron recientemente a este diario que no hay ninguna decisión concreta sobre emplazamientos, subrayando que el de Valladolid no tiene carácter definitivo. Es más, los portavoces del organismo dejaron entrever que lo más adecuado podría ser implantar varios equipamientos similares a lo largo del recorrido, con lo que Asturias no ha perdido todavía la carrera para hacerse con uno de ellos.

Lo que sí ya puede darse por seguro es que los centros para el control y la seguridad de la variante de Pajares estarán en la localidad lenense de Campomanes y en la leonesa de La Robla. En el caso asturiano, todavía no han transcendido las características concretas del equipamiento, aunque todo hace indicar que será muy similar, o idéntico, al previsto para la provincia vecina.

Vías auxiliares

Según informaron hace ya varios meses los portavoces del Adif, esta instalación se ubicará en las inmediaciones de la central térmica de la localidad y tendrá unas dimensiones de 3.600 metros cuadrados. Además de un intercambiador para los convoyes de Alta Velocidad, también dispondrá de dos vías auxiliares, de 750 metros de longitud. Una de ellas estará ocupada por un tren de rescate preparado para hacer frente a cualquier emergencia que pueda presentarse en el interior de los grandes pasos subterráneos bajo la Cordillera, de 25 kilómetros cada uno de ellos. En este centro, los técnicos dispondrán de los sistemas necesarios para coordinar los cambios de los convoyes de un túnel a otro. En principio, la instalación leonesa generará alrededor de una veintena de puestos de trabajo.