Madrid, J. E. M.

El director general de Energía del Ministerio de Industria, Antonio Hernández García, aseguró ayer que la elaboración del nuevo reglamento de ayudas al carbón no figura entre las principales prioridades de la Presidencia española de la Unión Europea, porque «hay tiempo suficiente para negociar, el actual reglamento no expira hasta finales de este año y lo normal es que sea prorrogado. Así que, de momento, no hemos hablado aún de fechas».

Hernández realizó estas declaraciones en una reunión celebrada en Madrid con periodistas para presentar los contenidos y prioridades del Gobierno español durante la Presidencia de la UE. En esta jornada participaron también Teresa Ribera, secretaria de Estado de Medio Ambiente, y Diego López Garrido, secretario de Estado para la UE.

Sobre el futuro de las ayudas europeas para la minería, Antonio Hernández explicó que «empezarán a despejarse» cuando el nuevo comisario de Energía, el alemán Günter Oettinger, «tome posesión del cargo, el próximo mes de febrero», una vez sea refrendado por el Parlamento de Bruselas.

No obstante, el director general de Energía considera que el hecho de que el nuevo comisario sea alemán puede favorecer el futuro del carbón en Europa, «porque es un hombre que conoce el sector». Además, Alemania tiene aprobado su propio plan minero con una vigencia hasta 2018, fecha hasta la que espera que se mantengan las nuevas ayudas europeas, que aún deben ser aprobadas. Sobre el real decreto de primas para el consumo de carbón nacional, Hernández se limitó a señalar que «ya ha sido remitido a Bruselas y está pendiente de valoración».

El director general de Energía fijó ayer las prioridades de su departamento para Presidencia española de la UE. De forma genérica citó la coordinación de los departamentos de energía y medio ambiente, animar a las empresas a presentar proyectos energéticos innovadores como vehículos eléctricos y tener una sola voz energética europea.

También consideró fundamental el desarrollo del plan de acción energética 2010-2014 y con horizontes mayores de 2030 y 2050. En este plan destaca el objetivo de lograr la seguridad de suministro con un reglamento de gas, mejorar las infraestructuras de interconexión e intercambio energético, diversificar las fuentes y orígenes geográficos de la energía, potenciar la cooperación o buscar el ahorro del 20 por ciento en 2020, contando el año 2005 como referencia. Y consideró imprescindibles las nuevas líneas eléctricas, como Sama-Velilla y Soto-Penagos, para impulsar las energías renovables.