Pola de Laviana, E. P.

Laviana despidió ayer con una inmensa muestra de dolor y conmoción al entrenador nacional de atletismo José Antonio Presas. Centenares de personas se reunieron en el polideportivo de Las Tolvas para dar el último adiós al deportista, que falleció el pasado miércoles a los 51 años tras sufrir un infarto cuando se encontraba en las pistas de atletismo anexas al campo de fútbol.

«Era un gran amigo para todos, un gran entrenador pero sobre todo una gran persona», aseguró el lavianés Fredi Valdés, impulsor junto con Presas del polideportivo, instalaciones donde se instaló la capilla ardiente del deportista. «Siempre que pase por aquí te tendré presente», dijo Valdés, que recordó los primeros pasos del centro deportivo, cuando acudió a pedir ayuda a Presas. Chelo Vallina, directora del patronato deportivo, indicó que «será difícil llenar su hueco» y destacó que se desvivía por la familia. «Todos sus alumnos sabéis lo orgulloso que estaba cuando llegabais con medallas o con buenas notas o cuando acababais la carrera», subrayó. Vallina hizo un llamamiento a «continuar su carrera porque así lo habría querido». «Por su afán de pasar desapercibido nos estará echando una bronca por no dejarle ir en silencio», apuntó en referencia a Presas, uno de los deportistas más conocidos del valle del Nalón.

Sus alumnos también tomaron la palabra en el emotivo acto de despedida. «Nos costará mucho salir de este inmenso dolor», comentó uno de los chicos a los que Presas entrenaba. Fueron varios los que, embargados por la emoción, tomaron la palabra para despedir a su maestro. «Decir adiós a lo que quiero sería despedirme a mí misma», aseguró otra pupila antes de que una compañera hiciese hincapié en «la huella que dejaste en nuestro club y en nuestro corazón». Del mismo modo José Ramón Fernández, máximo responsable del equipo Oviedo Atletismo, recordaba su primer encuentro con José Antonio Presas, hace más de 20 años, y la relación que ha mantenido con el club a lo largo de estos años.

Sus familiares y amigos acompañaron al entrenador lavianés desde el polideportivo hasta el cementerio en un recorrido que hicieron a pie tras el féretro, que fue portado a hombros. Pernas nació en Entralgo y que desde joven despuntó en varias disciplinas, pero sobre todo en el balonmano y en el atletismo. Trabajó primero en la construcción, cuando acudió a las primeras competiciones, y después en la mina. Como entrenador formó a grandes atletas.