El "annus horribilis" del PSOE de Langreo: así se fraguó la guerra interna que dinamitó el partido

El paso de cuatro concejales al grupo de no adscritos culmina una crisis iniciada tras el varapalo electoral del 28M

El "annus horribilis" del PSOE de Langreo

El "annus horribilis" del PSOE de Langreo / Miguel Á. Gutiérrez

Miguel Á. Gutiérrez

Según Winston Churchill, el político debe ser capaz de predecir lo que va a pasar mañana, el mes próximo y el año que viene, y de explicar después por qué no ha ocurrido. Hace un año, el PSOE disfrutaba de una cómoda mayoría al frente del Ayuntamiento de Langreo con nueve concejales, los sondeos se inclinaban hacia una nueva victoria electoral y no había síntomas (al menos explícitos) de brechas internas en el seno del partido. Siguiendo la sentencia de Churchill, lo lógico habría sido predecir cuatro años más de mandato municipal y un remanso de estabilidad dentro de la agrupación. Por eso es más difícil explicar todo lo que desató la noche electoral del 28 de mayo de 2023: batacazo en las urnas, pérdida de la Alcaldía, el afloramiento de profundas luchas internas, cascada de dimisiones, cruces de acusaciones por la "guerra del agua", el nombramiento de una gestora y el expediente a cuatro ediles. La marcha de estos concejales al grupo de no adscritos el pasado martes ha culminado el "annus horribilis" de los socialistas langreanos, que se han quedado con tres ediles, pasando a ser la cuarta fuerza en representación en el Ayuntamiento.

La agrupación socialista de Langreo, ahora en el ojo del huracán, es la tercera con más afiliados de Asturias (con más de 400), superada solo por Gijón y Oviedo. Pese a que las tensiones internas ya venían de meses atrás, dejándose ver en la configuración de la lista electoral, se destaparon definitivamente tras la derrota electoral de 28M. La Alcaldía fue a parar a manos de IU y la convivencia en el seno del PSOE de Langreo se resquebrajó por completo. La dirección local encabezada por Manuel Lora echaba en cara a Carmen Arbesú haber ido "por libre" durante su etapa como Alcaldesa, sin contar con el partido. Incluso llegó a presentarse una queja ante la FSA para que mediara. Integrantes del gobierno local, por su parte, achacaban a la dirección local que no hubiera apoyado lo suficiente a la Regidora, tanto a lo largo del mandato como en la propia campaña electoral. Hubo sospechas de que algunos militantes socialistas utilizaron su voto para manifestar de forma fehaciente su rechazo a Arbesú. Se dispararon los votos en blanco (de 275 en 2019 a 411) y los nulos (de 252 a 426). Entre esos votos nulos se registraron algunos en los que aparecía la papeleta del PSOE con el nombre de la candidata tachado.

El varapalo electoral dejó muy tocado al partido. El PSOE perdió en todas las mesas electorales de Langreo, en las municipales de mayo, mientras que Adrián Barbón, al frente de la lista autonómica, ganó en prácticamente todas las urnas esa misma noche.

Después de los comicios, la exalcaldesa, Carmen Arbesú, dimitió de su cargo como concejala por "una pérdida de confianza gradual, pero cada vez más profunda e irrecuperable" con la dirección local encabezada por Lora. El grupo municipal quedó partido entre las dos facciones. Se celebró una asamblea, que se cerró en falso, para analizar las causas de la debacle electoral. Se decidió entonces que la discusión se retomaría tras las generales del 23J, pero el secretario general se encontraba de vacaciones. Militantes socialistas remitieron tras el verano un escrito a la dirección local exigiendo la convocatoria de una asamblea.

El cónclave se celebró finalmente el 15 de diciembre. La mayor parte de la militancia (75 votos en contra y 55 a favor) rechazó la gestión de la ejecutiva local liderada por Manuel Lora, en el último año. Horas después, Lora y toda su dirección presentaban su dimisión. La Federación Socialista Asturiana nombró entonces una gestora encabezada por la vicesecretaria de Organización y Coordinación de la FSA-PSOE, Rita Camblor, hasta la elección de una nueva ejecutiva local.

La calma parecía haber retornado al PSOE de Langreo, pero el espejismo apenas duró un mes. En enero, el gobierno local de IU alertó de que había en marcha un expediente de la Confederación Hidrográfica del Cantábrico para recortar el caudal que corresponde al concejo por su captación de agua en el río Nalón a la altura de Curuxera, en Laviana. IU denunció que el ejecutivo anterior de Carmen Arbesú aceptó el recorte de caudal, aseguran, "sin ponerlo en conocimiento de la oposición".

Francisco Torre, entonces portavoz municipal socialista, negó que los ediles conocieran el expediente, pese a que varios de ellos habían formado parte del gobierno local anterior. La exalcaldesa socialista Carmen Arbesú salió a la palestra para negar que tuviese nada que ver con el recorte y para afirmar que sus compañeros de partido –se refirió al concejal Francisco Torre– sí eran conocedores del problema. Manuel Lora y Francisco Torre (respaldado por los ediles Melania Montes, José Luis García y Pamela Álvarez) convocaron una rueda de prensa para desmentir a Arbesú e insistir en que no conocían lo que pasaba con el agua. Días después, la FSA expedientó a estos cuatro ediles por "desobedecer" a la gestora.

La tensión fue en aumento hasta desembocar en la asamblea de la pasada semana, en la que hubo dos candidaturas: una encabezada por David Astorga respaldada por los críticos y los ediles expedientados, y otra liderada por Bernardino Niño, próxima a la FSA, al SOMA y UGT, que finalmente se impuso tras lograr el 67 por ciento de los votos.

El martes, tras darse de baja en el PSOE, Francisco Torre, José Luis García, Pamela Álvarez y Melania Montes anunciaban su paso al grupo de no adscritos, dejando al grupo socialista con tres concejales, la cifra más baja desde la llegada de la democracia. Pocos lo podían haber aventurado hace un año. Probablemente, Churchill tampoco.

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