La jornada de Liga, qué cosas pasan en la viña del Señor, se abre de capa con el partido de Mestalla, que juegan Valencia y Sporting. Que se sepa, no se ha quejado nadie ni del día ni de la hora, al revés que el gran Mourinho y de las Alas Pumariño, que ayer se lanzó a la yugular de la Liga de Fútbol Profesional. El portugués, que ya no puede criticar a Jorge Valdano, que, en palabras propias, le ha dado distancia para que se sienta cómodo, se ha quejado de que no le dejan jugar el viernes para descansar veinticuatro horas más en la espera del Lyon. El caballero no aprende: sigue empeñado en inventar el fútbol español y lo que es peor, la historia del Real Madrid. Nueve Copas de Europa tiene el museo blanco en sus vitrinas. Ya son copas, damas y caballeros, señoras y señores diputados. Pues bien, el que dice ser y llamarse Mourinho es el primer entrenador blanco que pide jugar en viernes. Es el único listo de la clase porque sus antecesores jamás hicieron tal petición. Y se habla de octavos, no de la final, que sería otra historia y que fue otra historia en alguna ocasión.

Pues bien, hoy es sábado y esto no es Bélgica, el país con la plusmarca mundial de ausencia de gobierno, y juegan un partido de quilates Valencia y Sporting. Los de casa, con el resquemor del empate del martes y del gol de Raúl, convertido en una especie de enemigo público, y con la necesidad de seguir en la tercera plaza, la que han arrebatado a un Villarreal que ha flaqueado algo en las últimas jornadas. El Sporting llega crecido después del sonoro empate ante un intratable Barcelona, que ha perdido después en Londres pero que no va a estar en crisis, salvo resultados contrarios. Porque el resultado de Gijón es comprensible, y más el de Londres. No lo va a ganar todo y un dos a uno es un milhojas de merengue y crema ante el partido de vuelta.

Partido de peso, pues, con resultado que va a ganar en importancia según vaya avanzando la jornada. Porque el Sporting tiene que echar una mirada muy fija a los resultados de bastantes partidos. Pero si se gana el partido propio, los demás resultados alcanzan muy poco interés. Y resulta que se celebra el partido del centenario del regreso a Primera y se recuerda que desde el regreso no ha habido derrotas en Mestalla. Pues son demasiadas circunstancias para celebrar que la racha continúe. Y en eso van a estar los rojiblancos, que aportarán algún cambio a la vista de las pruebas realizadas en los ensayos. Los cambios de los tiempos más recientes están saliendo mejor que bien. O sea, que no hay motivos para dudar de ellos. El viento sopla de cola con lo que la nave avanza a una buena velocidad. Pese a ello, la zona del precipicio está tan cerca que un par de despistes pueden ser graves. Habrá que mantener un tono de moderación en el optimismo reinante. Que el partido número cien sea propicio. Que lo sea.