No había que tener demasiada fantasía para echar la imaginación a volar en las últimas vueltas y pensar en otra batalla entre Fernando Alonso y Petrov. La última vez que vieron en una pista fue en Abu Dabi, cuando el español se encontró un muro en el Renault del ruso y perdió el Mundial. A Vitaly, nacido muy cerca de la frontera con Finlandia, cuna de grandes pilotos, aquella actuación le sirvió para ganarse la renovación después de una temporada muy discutido, pero Red Bull (motorizada por Renault) ganó el Campeonato y el ruso consiguió quedarse bajo el paraguas de la casa del rombo. El mismo obstáculo apareció ayer en la pista de Albert Park, aunque ahora solamente taponaba el acceso al podio. No llegaron al cuerpo a cuerpo porque la carrera se terminó antes y Alonso descartó alimentar cualquier rivalidad. «Yo miraba por el retrovisor y veía a un rival por el título (Webber) al que le he sacado unos puntos», dijo el asturiano, que también terminó por delante del McLaren de Button. «Sí que he perdido con Hamilton y Vettel, pero los puntos de Petrov no me preocupan».

En la cabeza de Alonso sólo cabe correr con la calculadora en la mano. No quiere la cadena de desastres del primer tramo de la pasada temporada, cuando se quedó varias veces sin puntuar, porque sabe que si encadena podios la suma de puntos sube como la espuma. Así le pasó en 2010, cuando engordó la suma en el tramo final del año. Vettel ganó el Mundial con 256 puntos, lo que da una media de 13,2 por Gran Premio. «Yo he conseguido 12. No es suficiente, porque a base de cuartos no se puede ser campeón, pero tampoco está mal. Salí quinto y terminé cuarto, así que la conclusión no es demasiado difícil: fue una buena carrera».

Que Alonso se haya ido de Australia contento con su trabajo no quiere decir que desconozca las carencias del Ferrari, más, a la hora de compararlo con el Red Bull, concretamente, con el que ayer llevaba Sebastian Vettel. «Todavía no está claro dónde se encuentra cada equipo. Necesitamos más carreras para hacernos una idea, pero lo que sí sé es que a nuestro coche le faltan rapidez y competitividad. Necesitamos algo más en carrera, pero, sobre todo, tiene que mejorar a una vuelta, porque ya hemos visto que en ritmo de carrera no está mal».

De Australia se llevan los equipos los primeros datos de los Pirelli, pero Malasia aparece a la vuelta de la esquina, con sus temperaturas extremas. «Con el ritmo que tuvieron en las calificaciones, parecía que los Red Bull iban a doblarnos en la carrera, pero no ha pasado así y hemos conseguido tener a Webber detrás. Vamos a dar guerra allí», aventuró sin querer avanzar qué reacción espera del coche. «Estamos en un momento en que un grado más de temperatura o el viento afecta mucho al rendimiento del coche y de los neumáticos. No se puede saber qué pasará».

Aunque la salida le obligó a remontar, Alonso cree que el resultado no habría cambiado demasiado en otras circunstancias. «Fue más estresante, porque tuve que hacer algunos adelantamientos extra, pero eso no fue un gran problema», dijo.