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ÁLVARO CUELLO. | Futbolista del Oviedo

"Me voy tras haber cumplido mi sueño"

"Me apena no poder jugar con Esteban, cuando era alevín siempre le pedía autógrafos"

Álvaro Cuello, en El Requexón. IRMA COLLÍN

A Álvaro García Cuello (Oviedo, 1989) el final de temporada le suele sorprender atareado. Los exámenes de fin de curso coinciden con la toma de decisiones en el ámbito deportivo. Oviedo ha sido su casa durante los últimos 4 años, hasta que una conversación con Carmelo del Pozo, director deportivo, en mayo, hizo cambiar el enfoque. La falta de claridad del club le ha forzado a tomar una decisión: no seguirá en el Oviedo, el club que le formó y del que es seguidor desde la infancia. Álvaro analiza para LA NUEVA ESPAÑA su carrera en el club azul y las razones de su salida.

-¿Es difícil tomar una decisión así?

-Muy difícil. Al principio, cuando me comentaron que mi futuro dependía de la decisión del entrenador, pensé en que aún había posibilidades, que todo podía arreglarse. Con el paso de las semanas intuía este final.

-Debe de ser complicado esa situación de incertidumbre.

-Fue extraño. A algunos les dijeron que contaban con ellos, a otros que dependía del entrenador. Pero una cosa es lo te dicen y otra cómo te lo dicen. Después de la primera conversación tengo otra con Carmelo (Del Pozo) en la que me dice que si tengo alguna oferta interesante la coja.

-¿Le duele la forma en que ha llegado su salida?

-No tengo ningún reproche para nadie. El fútbol es un negocio y yo formo parte de él. Acabo contrato y el que decide cree que hay otras opciones mejores para mi puesto. ¿Que me hubiera gustado que fueran más claros desde el principio? Pues sí. Pero repito que no tengo nada que reprochar a nadie.

-¿Qué balance hace de su paso por el Oviedo?

-En lo personal, muy positivo. He pasado cuatro años, tres en el primer equipo, y me voy orgulloso de haber tenido minutos cada temporada y del apoyo de la gente. También hay cosas malas, no haber dejado al Oviedo en la Liga de fútbol profesional. Es una espina que me llevo.

-¿Qué se siente al vestir la camiseta del equipo del que eres seguidor?

-Es indescriptible. Me acuerdo del día de la inauguración del nuevo Tartiere, en el año 2000, en un partido contra el Partizán. Vi la primera parte en un fondo y la segunda en un lateral, en la banda de Rabarivony. Al final del partido, saltamos mis amigos y yo al césped y pensé "tiene que ser la leche jugar aquí". Aunque parezca increíble, el día que debute con el primer equipo en el Tartiere, contra el Lugo, recordé aquella sensación de 2000. Y, efectivamente, es la leche. Me voy tras haber cumplido mi sueño.

-En el primer equipo siempre ha tenido minutos.

-En juveniles me empezaron a usar como lateral izquierdo. Recuerdo que no me gustaba nada y me cabreaba. Mis entrenadores me decían que no fuera tonto, que jugar en varios puestos me abriría muchas puertas. Y fíjese si tenían razón que me abrieron las puertas del primer equipo del Oviedo, porque creo que sin esa polivalencia hubiera tenido más difícil haber jugado tanto.

-Debutó con Pacheta.

-Él creía más en mi hermano Carlos. A él le hizo debutar en León, allí estaba yo en la grada. A la temporada siguiente me llamó para la pretemporada. Candela se lesionó, jugué de titular en Copa y ya me quedé en el lateral izquierdo. Me dije: "Tengo que meter la cabeza como sea".

-¿Tiene la sensación de que siempre le han exigido más que al resto?

-No lo sé. No creo (hace una pausa). Lo que sí creo es que nunca he sido la primera opción para ningún entrenador. Así lo he sentido. Me ha tocado ganármelo en cada pretemporada, e incluso en cada inicio de campaña. Me marcho con la satisfacción de haber contado para los cuatro entrenadores que he tenido en el Oviedo.

-¿Ser canterano ayuda o perjudica?

-Debería ayudar, ¿no? El camino a seguir por el Oviedo es El Requexón. Vienen unas hornadas muy prometedoras, como las que han pasado ya y que en muchos casos no se les ha dado la oportunidad. He visto entrenar a varios canteranos con nosotros que estaban para jugar con el primer equipo, pero luego falta suerte. O que les den confianza. También entiendo que es complicado por la exigencia del club.

-¿Cuál ha sido su mejor momento como azul?

-Uf, hay muchos. El debut en el Tartiere, la eliminatoria de Copa ante el Athletic? Jugar en San Mamés fue una gozada. El partido ante el Madrid C, en plena ampliación, también fue especial. Pero seguramente me quede con el instante de salir al campo en los partidos de promoción contra Albacete y Éibar.

-¿Y el peor?

-El último partido en casa. No sabía que era el último, pero fue todo muy triste. El ambiente fue complicado por nuestro rendimiento en la Liga. La salida, también. Además, este año hubiera jugado con Esteban?

-¿Qué le parece?

-Que me apena dejar el Oviedo ahora que le hemos fichado. De pequeño era de Esteban. Cuando yo estaba en el alevín me quedaba después del entrenamiento a ver al primer equipo. ¡No sé cuántas veces habré parado a Esteban para que diera su autógrafo!

-¿Se ve en el futuro en el Oviedo?

-¿Por qué no? Me fui del club con 11 años y pensé que nunca volvería, así que no descarto nada. Pero ahora sólo quiero elegir la mejor opción y seguir creciendo como futbolista.

-¿Qué le dice a la afición?

-Muchas gracias por el apoyo de estos años, me he sentido muy querido. Es una afición exigente y a mí siempre me ha valorado, así que ésa es la mejor prueba de que he hecho bien las cosas.

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