El partido tuvo bastante de pizarra, de flechas en la libreta, de copyright de los dos entrenadores. Uno de esos encuentros con más chicha para los analistas que para el espectador medio. Pouso sonrió en el primer acto con su sistema para desactivar al Oviedo y Egea volvió a agrupar talento en el segundo para activar el sistema antiminas. Cada uno tuvo su momento de gloria. Pero el partido también permite conclusiones para los más pragmáticos, para los amantes de lo inmediato. El 1-1 final deja al Oviedo un punto más cerca y una jornada menos de su objetivo, el primer puesto del grupo.

Y para los miedosos, orden común en el oviedismo, quedará la sensación de haber solventado un peligro más sin rasguños. Porque la combinación de Las Gaunas y el Logroñés de Pouso suena a cita poco relajante en cualquier calendario futbolístico. El Oviedo sale reforzado del duelo, especialmente en la tabla: la derrota del Murcia, de la que Egea reconocería después de que sus pupilos eran conscientes, permite al Oviedo aventajar en otro punto al conjunto pimentonero, único rival que aún no ha perdido de vista el paso de keniata que marcan los azules en la maratón liguera.

Esta vez, para ponerle algo de misterio al asunto, al Oviedo le tocó remar contra corriente. El Logroñés, con más ímpetu en el inicio, se encontró con el premio pronto, a los diez minutos. La suerte a veces sonríe a los madrugadores. Chevi encaró desde la izquierda buscó un compañero en el que apoyarse y encontró una inesperada pierna rival como amigo, que le devolvió la pared en forma de rebote. El riojano definió ante la salida de Esteban con el asistente de fondo con el banderín en alto. El árbitro consultó la acción y concedió validez al gol: la posición adelantada estaba habilitada por el rebote en la pierna de David Fernández.

No reaccionó el Oviedo. La propuesta se limitó a mover el balón en una zona poco dañina por el rival, esperando algún acontecimiento inesperado: que Font hiciera aparecer los huecos, por ejemplo. Pero el ritmo de balón no ayudó en la labor.